Tras una carrera de 20 años en el sector hotelero, ocupando el cargo de supervisor de eventos, Marcos Moya enfrenta los sobresaltos diarios de la vida.
Sin caer en el exceso y despilfarro, se acostumbró en los últimos seis años a un estilo de vida cómodo gracias al ingreso extra que recibía regularmente de las propinas que dejaban los huéspedes y clientes del hotel.
Pero desde hace cuatro años su vida comenzó a cambiar y ahora con nostalgia y resignación recuerda cómo en el hotel donde trabaja se realizaban más de 10 eventos al día, con la participación de grandes grupos de turistas.
La disminución en la entrada de visitantes en los últimos años, sumado a una sobreoferta de cuartos, ha impactado de forma drástica el ingreso adicional que reciben miles de trabajadores que laboran en hoteles y restaurantes.
“En 2008 podía recibir semanalmente unos 350 dólares, hace 4 años bajó a 100 dólares, pero ahora, a duras penas, llegamos a los 40 dólares”, comenta Moya, quien no pierde la esperanza de que pronto lleguen mejores tiempos para los más de 22 mil trabajadores que prestan sus servicios en hoteles y restaurantes.
De acuerdo con la Contraloría General de la República, en los primeros seis meses del año ingresaron un millón 300 mil visitantes, de los cuales poco más de un millón fueron turistas, el resto se divide entre pasajeros de cruceros y personas que permanecieron menos de 24 horas en el país.
En números absolutos y en comparación con el primer semestre del año pasado, el número de visitantes cayó en 30 mil personas. Pese a esta caída, el gasto por visitantes durante su estadía en Panamá en el primer semestre de 2016 se estimó en 2 mil 396 millones de dólares, un incremento de 4.7% sobre el mismo periodo de 2015 o 107.6 millones más, según la Autoridad de Turismo de Panamá.
En la misma situación que Moya está Anabel Chávez, quien por más de 15 años se ha encargado de mantener las habitaciones listas para recibir a los huéspedes.
Reconoce que ahora es más difícil llegar al final de la quincena debido a la reducción de las propinas. Y es que al igual que ella, muchos trabajadores utilizan la propina para completar los gastos de alimentación y el transporte hasta el lugar de trabajo. Este último gasto se eleva cuando tienen que cumplir la jornada nocturna.
“Ahora el pasaje del Metro y Metro Bus lo debo separar de mi sueldo y esto me ha llevado a recortar otras compras”, indicó. Recuerda que hace cuatros años lo normal era recibir más 100 dólares a la semana en propinas, pero ahora, con menos turistas que llegan al hotel, recibe entre 10 y 20 dólares, incluso, confiesa que hay días que se retira con los bolsillos vacíos.
En su caso dejó del lado el proyecto de ampliar su residencia y no visita los centros comerciales con la misma frecuencia como lo hacía hace unos años.Marcela Valle, gerente de recursos humanos, y quien tiene bajo su supervisión a más de 300 colaboradores, reconoce que la realidad actual es crítica. Indica que las propinas que reciben los saloneros, botones, camareras y cocineros han caído más de 60% en los últimos dos años.
Asegura que en el hotel donde labora, el 100% de las propinas son para sus colaboradores. Cada hotel o restaurante reparte las propinas de forma diferente. Hay locales que la distribuyen todos los días, pero otros prefieren hacerlo semanal o mensualmente.
Más promoción
Joel Valdés suma 19 años como botones y es consciente de que la primera experiencia que tendrá el turista en el hotel dependerá del trato que él le ofrecerá.
En la sabiduría que le han dado los años trabajando en este sector, indica que es necesario incrementar la publicidad de los atractivos turísticos del país.
“Los turistas me dicen: ‘Panamá es bello, no pensaba que tenía tantas cosas’, así que lo único que nos falta es saber vender lo que tenemos”, explica, mientras recuerda que la semana pasada solo recibió 25 dólares en propinas, cuando hace cuatro años podía regresar a su casa con 100 dólares.
Indica que antes por turno había cuatro botones, ahora, sólo es necesario contar con uno para atender a los visitantes.
“Antes se podían hacer planes, pero ahora, debemos ajustarnos al salario que recibimos, no hay espacio para hacer cosas nuevas”, comentó, mientras se apresura para atender a una familia que acaba de llegar al hotel.
Su pensamiento no está lejos de la realidad. Gremios como la Asociación Panameña de Hoteles y la Cámara de Turismo de Panamá han reiterado que es necesario incrementar la publicidad turística internacional para revertir la tendencia negativa que ha mantenido la ocupación hotelera en la ciudad capital a niveles que existían en 2004 cuando a duras penas superaba el 40%.
La falta de promoción internacional desde 2012, cuando venció el contrato que manejó la agencia de publicidad BB&M, le ha pasado factura a las empresas vinculadas con la actividad turística.
Se estima que la rentabilidad de los hoteles ha caído un 20% en los últimos meses, situación que ha obligado a recortar la compra de insumos. Este año podría caer por debajo de los 80 millones de dólares, cuando en 2015 se compraron productos y alimentos por 115 millones de dólares, según dijeron representantes de la industria.
Igualmente, los hoteles han recortado su gasto de planilla, lo que llevó al despido de más de 6 mil trabajadores en los últimos tres años, sin contar el cese de otros 2 mil colaboradores en la industria de juegos de azar, que también atraviesa por un bajón debido a la caída en los volúmenes de apuestas.
