El presupuesto de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación desde 2014 empezó a disminuir. Ese año hasta 2016, la reducción equivale a unos 7 millones de dólares.
RETO
Todos los años la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) enfrenta el reto de lograr un presupuesto que le permita seguir con los proyectos de investigación científica y desarrollo de tecnologías.
A pesar de que en los últimos años Panamá ha sido un país con un crecimiento anual cercano al 7% de su producto interno bruto (PIB), el presupuesto que se destina para los proyectos de investigación y desarrollo (I+D) es reducido.
Datos de la Senacyt indican que el gasto del país para la investigación científica y desarrollo de tecnologías representa menos del 0.16% del PIB.
Se trata de una de las cifras más bajas registradas en el continente. La vecina nación de Costa Rica, por ejemplo, apuesta el 0.48%, mientras que Estados Unidos destina el 2.79% para estos menesteres, según datos del Banco Mundial.
Los reportes históricos de presupuesto de la entidad dejan en evidencia esta situación, pues durante los últimos años no ha logrado tener, al menos, 50 millones de dólares para funcionamiento e inversión (ver gráfica).
Por ejemplo, en 2015, el presupuesto fue de 39 millones de dólares, de los cuales para inversión se destinaron 35 millones de dólares y el resto para funcionamiento. Este año el mismo asciende a 33.3 millones de dólares, de los cuales 28.2 millones de dólares corresponden a inversión.
La situación financiera para 2017 no parece cambiar. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) mediante una nota dirigida al secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Jorge A. Motta, recomienda para el próximo año fiscal, nuevamente, 33 millones de dólares.
Ante esta situación, Motta indicó que el presupuesto será negociado con el MEF y que espera esta semana comenzar conversaciones con el ministro de Economía y Finanzas, Dulcidio De La Guardia, y el ministro de la Presidencia, Álvaro Alemán, para lograr un mejor presupuesto.
Además, aclaró que no ha renunciado ni tiene pensado hacerlo en medio de esta situación, y que trabajará por la ciencia hasta que su salud se lo permita.
El secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación explicó que el tema de su renuncia surgió por unos comentarios añadidos a un correo privado enviado a colaboradores de la Senacyt y aliados para que estuvieran al tanto de la primera propuesta del MEF.
PROYECTOS
Senacyt tiene bajo su responsabilidad proyectos I+D, programas de becas, más de 230 infoplazas en distintas partes del país, e investigaciones, entre otras.
Sin embargo, Motta manifestó que por el momento no han hecho el ejercicio de conocer los efectos que tendrá un bajo presupuesto en los proyectos y programas que lleva adelante la entidad -creada mediante la Ley No. 13 de abril de 1997-.
Cada proyecto y programa de Senacyt tiene como objetivo fortalecer y promover el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, con el fin de elevar el nivel de productividad, competitividad y modernización en el sector privado, el Gobierno, el sector académico-investigativo y la población.
Motta señala que es consciente de que para poder continuar con los I+D tendrán que hacer recortes profundos en algunos programas.
LABORATORIO, EN APUROS
Otra entidad científica que sufre por la falta de dinero es el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat).
Este es un centro de investigación creado en 2002 por Senacyt, que se ha convertido en el más completo de América Central en las áreas de química y biología.
Fue en 2007 que se estableció el Indicasat en su nueva figura legal: Asociación de Interés Público (AIP). El crecimiento continuo logró que la entidad adoptara ese modelo.
No obstante, los resultados de las investigaciones de la entidad en más de una década no han sido suficientes para lograr que los gobiernos les asigne el dinero necesario para seguir con sus trabajos científicos.
Así lo confirmó la investigadora de Indicasat-AIP Carmenza Spadafora, quien manifestó que los problemas de financiamiento de parte de los gobiernos centrales radican en el desconocimiento del potencial de desarrollo que puede brindar la ciencia y tecnología en un país.
Los informes de Indicasat-AIP muestran que desde 2014 reciben menos dinero. La entidad en 2014 tuvo un presupuesto de 3.3 millones de dólares, en 2015 fue de 2.2 millones de dólares y este año solo tienen 2 millones de dólares.
Spadafora indicó que para 2017 solicitarán 5.5 millones de dólares, ya que requieren comprar mobiliario y equipos de laboratorio para las nuevas instalaciones donde se tienen previsto mudar a finales de junio de este año, pero con un equipo muy limitado.
Además, la falta de recursos económicos también incide en el laboratorio de investigación, ubicado en el Parque Nacional Coiba, provincia de Veraguas, el cual debió culminarse hace años, indicó la científica.
Recordó que es importante establecer una estación científica en el lugar, ya que fue allí, luego de 17 años de investigación, donde descubrieron el compuesto Coibamida A , un activo contra las células cancerosas.
La investigadora indicó que por 15 años, el programa de descubrimiento de nuevas drogas fue financiado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
Posteriormente, el apoyo fue brindado por el Fondo Global para el Medio Ambiente por dos años y medio, pero ya se nos acabaron los fondos para seguir adelante, añadió Spadafora.
Otras organizaciones a las que han tocado puerta los científicos de Indicasat-AIP son la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF, por sus siglas en inglés), y los gobiernos del Reino Unido e India, entre otros.
FALTA DE VISIÓN
Por su parte, el investigador panameño Abel de La Rosa, director científico del Instituto para el Desarrollo de Medicamentos de la Universidad de Emory, en Atlanta, Estados Unidos, indicó que el poco aporte de los gobiernos al desarrollo científico obedece a que los resultados de las investigaciones se obtienen a largo plazo, y el dinero es utilizado en otros proyectos con un impacto más visible.
Para el científico, las inversiones en I+D son fundamentales para la creación de una sociedad preparada, crecimiento económico y para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.
“Hay que invertir y prestarle atención a la educación (desde la primaria hasta la universitaria), especialmente en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”, expresó.
De La Rosa rememoró que cuando terminó su doctorado en microbiología, en 1991, en Panamá solo existía el Instituto Conmemorativos Gorgas de Estudios de la Salud, y allí no había oportunidad de empleo, equipo o soporte económico necesario.
En tanto,cla investigadora Argentina Ying, miembro de la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia (Apanac), manifestó que es inquietante la disminución progresiva de la inversión en ciencia y tecnología, porque se minimizará el financiamiento de nuevos proyectos y la continuidad de otros.
Este medio buscó la versión del MEF sobre el tema, pero se informó que no emitirían comentarios.