OPINIÓN
Muchos clientes vienen a mí buscando información sobre la posibilidad de diversificar su portafolio de inversiones en monedas. Me dicen que quieren invertir en euros, reales o me preguntan qué otras monedas les puedo recomendar, ya que sienten que el dólar se va al despeñadero.
Debemos mirar un poco la historia reciente de la moneda versus el euro.
Para finales de 2006, el dólar cerró a 1.3197 contra el euro; para 2007 a 1.4589; para 2008 se ubicó a 1.4321; para 2010 a 1.3384; y hasta el viernes cerró a 1.3387. Realmente desde finales de 2006 hasta ayer, el dólar se depreció en 1.43%.
Durante todo este período la moneda llegó a tener máximos de 1.5991 en marzo 22 de 2008, cuando se creía que el sistema financiero americano iba colapsar, y mínimos de 1.1923 en junio de 2010, cuando se destapó por primera vez la situación en que se encontraban económicamente algunos países europeos.
Si para todo este período, tan solo hubo una devaluación de 1.43% de la moneda, vale la pena toda esta volatilidad para el ahorrador panameño.
Soy de los que pienso que personas con ingresos altos medio hacia abajo deben ahorrar en su misma moneda y no añadirle otra incertidumbre a sus inversiones. Aparte de que se evitan el riesgo de divisa y la volatilidad, les sale más costosa entrar en monedas.
Miremos por ejemplo la emisión que la República de Panamá hizo en yen japonés a principios de año. Probablemente sonaba como una buena idea en su momento por los bajos intereses que se debían pagar. Se emitieron alrededor de 500 millones de dólares en yenes y la tasa de cambio estaba en 82.25 yenes por dólar.
Desafortunadamente no se esperaba lo del terremoto y se dio una revaluación de la moneda, y la tasa de cambio cayó a 77 yenes por dólar en la actualidad, con el consecuente aumento tanto en el monto de los intereses a pagar por parte del Gobierno panameño como del monto adeudado a 540 millones de dólares aproximadamente. Las intenciones eran buenas, pero siendo un país todavía en vía de desarrollo no creo que estemos preparados para añadirle una incertidumbre más al riesgo soberano.
Para los que no tenemos grandes fortunas, y que toda nuestra vida gira en torno al dólar, no vale la pena exponernos a otra divisa y añadirle un riesgo más a nuestras inversiones, ya que puede ser costoso y volátil, además de ser algo difícil de entender y controlar.
Cuando son patrimonios grandes o países desarrollados sí vale la pena entrar a mirar una porción del portafolio en otras monedas como parte de la diversificación, ya que entra el concepto de economías de escala, en las cuales los costos se vuelven menores a medida que hay más volumen.
El autor es asesor financiero, Geneva Asset Management
