
Palestina nos da la sorpresa con la construcción de la ciudad utópica o del futuro en su región y que se nombra Rawabi (colinas). Este proyecto urbanístico es financiado totalmente por el empresario palestino-estadounidense Bashar Masri sin ningún tipo de apoyo del Gobierno palestino. Inexplicablemente, en un momento dado, el Gobierno de Israel impidió la creación de rutas de acceso y habilitación de agua potable.
Actualmente viven en este sitio 3 mil personas de lo que llamamos clase media alta. Y aumenta. La “primera piedra” se colocó en el año 2009 y no es fácil describir el proyecto y su arquitectura en tan corto espacio como este. No obstante, puedo enumerar los logros destacados que se quieren y se están obteniendo:
Cambio de estilo de vida de los palestinos.
Dotar de empleo a miles de palestinos y otorgarles la esperanza de una existencia mejor.
Demostrar que los palestinos desean mejorar su calidad de vida.
Crear centros comerciales de lujo.
Parques verdes.
Limpieza, orden y seguridad. Respeto a la ley.
Se permite libremente y absolutamente la práctica de todas las religiones o ritos.
Escuelas con currículum (modelo de Cambridge) que pueden ser envidia de lugares más desarrollados.
El anfiteatro más grande de la región ya está construido.
Hospital y centros culturales.
Las compañías del Israel tienen la libertad y en efecto obtienen contratos de servicios de construcción en Rawabi. Por cierto, los habitantes de la ciudad no pagan Impuestos.
La aspiración fundamental de Bashar Masri es vivir en un país o Estado palestino libre y absoluto soberano sobre sus territorios. También desea que Israel no continúe ocupando arbitrariamente territorios palestinos y que no le pertenecen.
Pienso que todas las personas sensatas del mundo así lo desean. Por lo descrito aquí, se imaginan lo que Palestina e Israel pueden lograr por aquellos lares eliminando sus diferencias de manera honesta y sin tomar ventajas ilegítimas el uno del otro.

