Visitar el jardín Nan Lian es llenarse de energía positiva y alegría. Una experiencia sensorial que halaga no solo la vista con sus hermosos y abundantes árboles bonsái y estanques con flores de loto, sino también los oídos, con el sonido de las fuentes y los cantos que trascienden las paredes de un templo budista de hermosa arquitectura tradicional china.Este oasis de armonía en Kowloon, en la agitada Hong Kong, es un parque público de 35 mil metros cuadrados que forma parte del complejo del monasterio de monjas Chi Lin, el cual sigue el estilo arquitectónico de la dinastía Tang (618-907). Colinas, agua, plantas, piedras y madera son los elementos que se destacan en su diseño.Una breve visita permite admirar un hermoso pabellón dorado al estilo de una pagoda, pequeños puentes rojos y composiciones paisajísticas que integran rocas y cascadas. En algunas hay un sistema que mantiene la humedad necesaria para las plantas. Pasando la entrada principal, hay un patio decorado con bonsáis, estanques y templos construidos con madera, en cuyas puertas se distinguen chapas con elaborados diseños de rostros.No se permite entrar a los templos ni tomar fotografías de ellos. Hay policías que vigilan que se cumpla la norma. Antes de los templos, en los cuales se escuchan recitar cantos o mantras, hay unas salas donde es posible ver grandes estatuas adornadas que representan divinidades como el Buda Sakyamuni. Algunos visitantes se arrodillan y hacen ofrendas. El ambiente es de solemnidad y respeto. Afuera hay quienes contemplan el estanque, respiran profundo y se dejan llevar por la sensación de paz. Otros cierran sus ojos y parecen meditar.










