En las comunidades indígenas y rurales asistir a los servicios de salud pública durante el embarazo y el parto no es una decisión solo de la embarazada, pues también influyen miembros de la familia e incluso de la comunidad.
Así lo demostró el estudio cualitativo Asuntos de Familia, sobre las "redes sociales" o personas que ejercen influencia en la mujer en el embarazo y parto en Mesoamérica, realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Este trabajo se efectuó en 29 comunidades de Chiapas (México), Guatemala, Panamá, Honduras y Nicaragua, indica Susan Kolodin, líder en protección social y de salud del BID y una de las responsables del estudio.
Para este trabajo entrevistaron a 628 personas, incluyendo mujeres, hombres, personal de salud y parteras.
Las llamadas "redes sociales" de las embarazadas giran en torno a miembros de la familia: mamá, suegra y el cónyuge, señala Kolodin.
Factor determinante
Según la investigación, en Guatemala y México las parejas jóvenes por lo general viven con la familia de su esposo, teniendo más poder de decisión la suegra y el cónyuge, dice Kolodin.
Mientras que en Nicaragua y Panamá, en particular en Guna Yala, la mujer embarazada vive con su familia y esto le permite una participación más activa al elegir el lugar donde dará a luz.
De acuerdo con el estudio, el personal de salud ejerce poca influencia en estas comunidades y las parteras son personas respetadas y reconocidas por su labor.
Vistazo local
En Panamá entrevistaron a 109 personas de las comarcas Guna Yala y Emberá-Wounaan. En ambas comarcas la estructura de la red social se centra en la familia, especialmente en las mujeres adultas, apunta.
No obstante, hay diferencias entre estas regiones estudiadas. Por ejemplo, en Guna Yala encontraron que hay influencia del líder espiritual y los médicos tradicionales, "aunque no participan de las decisiones, sí ejercen influencias", resalta.
Mientras que en la Emberá-Wounaan sea la mujer mayor o joven, es ella y su cónyuge los que deciden, pero con influencia de otros miembros de la familia.
En este sentido, Sonia Henríquez, coordinadora nacional de Mujeres Indígenas de Panamá, reitera que "esta decisión se debe tomar en el seno familiar, incluyendo a la madre y al padre".
"Uno quiere que todo le salga bien, por eso recurrimos a la medicina tradicional", señala.
Esta es una de las razones por las que muchas veces las mujeres indígenas terminan dando a luz en sus casas. ¿Qué otros factores influyen en esta decisión y cuáles podrían ser sus consecuencias?
Opciones para la hora de dar a luz
En Mesoamérica muchas mujeres indígenas y rurales deciden tener sus partos en casa y no en un hospital. Esta situación se debe en gran parte a que las estrategias para facilitar los servicios de salud han tenido un impacto limitado y no siempre benefician a toda la población.
El estudio cualitativo Asuntos de Familia, sobre las personas que ejercen influencia en la mujer embarazada de estas áreas, en Mesoamérica, realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), también dio luces de cuáles eran las principales razones por las que se decidían por un parto en casa.
¿Qué factores las lleva a optar por un parto en casa?
De acuerdo con la investigación, los testimonios sobre las experiencias escuchadas de otras personas son las que establecen confianza o seguridad en estas madres y sus familias, comenta la líder en protección social y de salud del BID, Susan Kolodin, quien participó en el estudio.
Por ejemplo, una mujer guna de 30 años que fue entrevistada para este trabajo comentó: "Tenía miedo de parir en el centro de salud porque los médicos eran latinos. Mi temor es que he escuchado de otras personas que si voy a dar a luz allá, a veces me operan y no estoy dispuesta a que me operen o me corten".
Investigación
Otro factor preponderante es el difícil acceso a los servicios de salud, resalta Kolodin, recordando que en Panamá se estudiaron las comarcas Guna Yala y Emberá-Wounaan.
Hay comunidades comarcales que quedan en áreas de difícil acceso. Un ejemplo de ello es Nazaret, en Darién, donde para llegar a una instalación de salud hay que viajar unas nueve horas en piragua y canoa, comenta por su parte Marisol Curundama, médico emberá, quien labora en Metetí, Darién.
Otra razón por la que optan por un parto en casa es el lenguaje, pues si la persona no sabe comunicarse le será difícil llegar a estos centros de salud, porque no saben cómo desenvolverse fuera de su pueblo.
Además está la falta de dinero y el trato que le brindan los proveedores de salud, añade.
En este sentido, Sonia Henríquez, coordinadora nacional de Mujeres Indígenas de Panamá, recalca que "hay temor del trato que se le de a la mujer durante el parto e incluso el control del embarazo".
Muchas mujeres indígenas prefieren dar a luz en casa porque se sienten más seguras con su familia cerca. "En el parto estará acompañada de otras ancianas, madres o tías que le dan más confianza", dice Henríquez.
"En el momento en que va al hospital, no sabe qué va a pasar, por eso el temor de atenderse en un espacio fuera de su cultura y su entorno. El personal de salud debe dar esa confianza", señala.
De hecho, una mujer emberá-wounaan de 40 años, entrevistada para la investigación, señaló que "de los nueve hijos que yo he parido, nunca me han ayudado, porque me da mucha pena. Yo tengo calentada mi agua, el jabón, la toalla, los pañales, la tijera y la soga para amarrar el cordón. A mí no me gusta que nadie me toque ni cuando estoy embarazada; yo sola me toco, yo misma lo arreglo".
Aspectos relevantes
El servicio de salud debe seguir mejorando y respetando a estas mujeres y su cultura; es necesario desarrollar un plan de parto y prepararlos para ello, señala Kolodin.
Por otro lado, los expertos resaltan que la decisión entre dar a luz en casa o en un centro de salud puede significar la vida o la muerte de la mujer o de su bebé.
De hecho, para 2007 en el país se registró una tasa de mortalidad materna de 59 por cada 100 mil nacidos vivos y en el año 2012 aumentó a 64.9 muertes, según registros de la página web del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Muchas veces no llegan a tiempo a la instalación de salud para atender una emergencia de obstetricia, reitera Curundama.
Hay parteras que han recibido inducción para atender partos, pero para los casos de emergencia deben ser atendidas en un espacio de salud, advierte.
El estudio hace un llamado a desarrollar modelos en salud intercultural que combinen las buenas prácticas de cuidado y atención del parto en las comunidades indígenas y que incluyan a todos los actores clave de este proceso.

