El Parque Nacional Darién, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1981, es sinónimo de riqueza biológica.
Pero si esa biodiversidad propia de la zona no se estudia ni se protege, sus especies pueden desaparecer.
Para velar por estas, el Grupo para la Educación y el Manejo Ambiental Sostenible (Gemas)—por medio del Fondo para la Conservación del Parque Nacional Darién— lideró un proyecto que documenta las principales 10 especies de anfibios de esta región en peligro de extinción, y que varias de ellas son endémicas, es decir, que solo se hallan en esa zona.
La Guía de anfibios en peligro de extinción del Parque Nacional Darién presenta las características de ocho ranas y dos salamandras, su distribución, historia natural, situación actual, así como medidas de conservación para las mismas.

El documento plasma los resultados de tres monitoreos anuales realizados en el Parque Nacional Darién desde 2013 para medir la población de anfibios.
Su fin es incrementar el conocimiento que se tiene sobre la biodiversidad del Parque Nacional Darién y de esta forma velar por su conservación y protección, explica la bióloga Allys Lu, coordinadora del componente de conservación, valoración ecológica y divulgación de Gemas.
El biólogo y científico Abel Batista, autor de los textos y de las fotos que conforman el documento, realizó dichos monitoreos en el Parque Nacional Darién.
“Si bien es cierto que hemos encontrado varios individuos de estas 10 especies, y que se podría decir que están estables en estos momentos, viven una amenaza latente. Estuve recientemente allá y no encontré tantos individuos como antes. Ello no quiere decir algo hasta el momento, porque no hemos confirmado nada científicamente, ya que esto [la presencia de menos individuos], pudo darse por una fluctuación normal, pero también podría estar ocurriendo algo [negativo]”, afirma Batista.
El plan es continuar monitoreando el Parque Nacional Darién para estudiar dichos anfibios. “Hay que continuar el monitoreo porque en otros sitios del país ya hay ranas que han desaparecido. ¿Qué pasa si estas desaparecen? Vamos a dejar de tener un patrimonio natural que nos corresponde. Ya no tendríamos ni siquiera las especies como tal, porque pueden llegar a desaparecer”, reflexiona el científico, quien añade que el proyecto se está quedando sin fondos, por lo que sus organizadores están gestionando apoyo económico para continuarlo a largo plazo.
Por la conservación de los anfibios
Es el Parque Nacional Darién el área protegida de mayor importancia para la conservación en la región y en el país debido a sus 85 especies de anfibios reportadas.

Sin embargo, al menos 10 de ellas corren el peligro de desaparecer, como se detalla en la Guía de anfibios en peligro de extinción del Parque Nacional Darién, un proyecto liderado por el Grupo para la Educación y el Manejo Ambiental Sostenible. Panamá es el territorio con la mayor cantidad de anfibios de Centroamérica si se toma en cuenta que tiene 214 de estas especies descritas. Es por ello que el país es bastante rico en diversidad biológica, afirma a este diario el biólogo Abel Batista, autor del texto y de las fotos de dicha guía.
“Somos un país bastante diverso. Lo interesante es que tenemos el Parque Nacional Darién, que es una zona de contacto entre las especies de Norte América y Sur América”, acota.
Batista, que ha participado en la identificación y descripción de cuatro ranas y cuatro reptiles, brinda detalles sobre las especies de la guía, los factores que las ponen en peligro y el valor de la protección de estas.
¿Qué destacaría de las especies de la guía?
Algunas de las especies que presentamos en el libro son un poco raras, como las salamandras Bolitoglossa medemi, una especie que se encuentra en la serranía de Darién, así como la Bolitoglossa taylori, que solo está en la serranía del Pirre.
De las ranas destacaría las dos ranas arlequines, que solo se encuentran en Cerro Sapo, y la otra en Pirre. Son especies emparentadas con la Rana Dorada de El Valle de Antón, son como primas hermanas de esa especie.
El hecho de que estén emparentadas con la rana de Antón, que ha desaparecido paulativamente por un hongo que les afecta su piel, preocupa, porque son especies bastante vulnerables a eso. No se ha reportado el hongo aún, pero su aparición podría provocar su extinción. Ahora mismo no se considera extinta la rana de El Valle de Antón, y en Darién todavía tenemos la suerte de contar con estas especies.
¿Cuántos individuos quedan de cada especie?
No sabemos qué tan abundante son porque no se conoce su biología ni su distribución exacta. Ahora se están haciendo más estudios en Darién, pero es casi nada lo que se conoce.
¿Qué factores exponen estas especies al peligro?
Las consecuencias de las disminuciones de los anfibios en Panamá han podido ser la deforestación, las quemas que se realizan cada verano, la basura que se arroja a las quebradas, los químicos vertidos a los ríos, etc.
¿En qué radica el valor de su conservación?
Los anfibios nos pueden indicar cuando hay cambios finos en el ambiente, como aumento en los niveles de contaminación en las aguas y en los suelos, emisiones de gases de efecto invernadero, lluvia ácida, aumento en el calentamiento global, etc.
Desafortunadamente los anfibios, desde hace un tiempo, nos están enviando mensajes de alerta. En Panamá hay especies que no han sido vistas por expertos desde hace más de 10 años, y las poblaciones de muchas otras especies han disminuido dramáticamente porque están al borde de la extinción. Algo está pasando en nuestro ecosistema. Ahora lo han detectado las ranas, pero, ¿cuándo le vamos a dar la debida importancia? ¿cuando no haya oxígeno para respirar, o cuando las aguas y suelos estén tan contaminados que no los podamos utilizar? Tal vez cuando empecemos a tomar las medidas correctivas sea demasiado tarde.





















