La muerte la tiene por estos días con el cine. El jueves de esta semana, la dama que pocos quieren conocer se llevó al crítico estadounidense Roger Ebert, el pasado 2 de abril le cantó al oído al realizador español Jesús Franco y ayer tomó por la cintura a Bigas Luna, otro director de la madre patria.
Ebert y Luna fallecieron debido al cáncer, mientras que Jesús cerró sus ojos a consecuencia de un accidente cerebrovascular isquémico. Los tres fueron y son símbolos del séptimo artemundial.
ESCÁNDALO
El catalán Bigas Lunas, nacido el 10 de marzo de 1946, era un creador que le encantaba ofrecer al espectador historias eróticas, cautivadoras, incómodas, enigmáticas y trasgresoras.
Lo suyo era escandalizar y ofender con sus producciones a la audiencia más conservadora, y los libres pensadores se chupaban los dedos con sus deliciosos filmes.
Su salto a la fama lo hizo en el Festival de Cine de Venecia, donde obtuvo el León de Plata por su drama sexual y violento Jamón Jamón (1992), protagonizado por una pareja de actores que gracias a este título se volvió referente de su época: los hoy esposos Javier Bardem y Penélope Cruz.
Había mucha pasión, adosada con bastante morbo en sus largometrajes, y fueron bellas mujeres su vehículo ideal para ofrecer estos gratos y sensoriales condimentos en la pantalla grande: Maribel Verdú, en Huevos de Oro (1993); Mathilda May, en La teta y la luna (1994); Aitana Sánchez-Gijón, en La camarera del Titanic (1997); de nuevo Cruz, en Volavérunt; y Leonor Watling, en Son de mar (2001).

