Los familiares en Nicaragua del preso nicaragüense Bernardo Tercero celebraron hoy la decisión del Tribunal de Apelaciones Criminales de Texas (Estados Unidos) de suspender la ejecución de su pariente prevista para mañana miércoles.
"Queremos darle gracias a Dios y a todas las instancias nacionales e internacionales que hicieron eco a favor de que se le hiciera un nuevo juicio a Bernardo", dijo José Manuel Tercero, tío del preso nicaragüense, a la emisora Radio Ya.
Bernardo Tercero, quien tiene un hijo en Nicaragua, está condenado a muerte por un asesinato cometido en 1997 y su ejecución estaba prevista mañana miércoles a las 18.00 hora local en el penal de Huntsville (Texas).
Según José Manuel Tercero, el hijo del preso nicaragüense, de nombre Franklin, tenía fe y confianza en que la Justicia estadounidense iba a suspender la ejecución contra su padre.
Los magistrados del Tribunal de Apelaciones suspendieron hoy la ejecución prevista para mañana después de que una de las personas que testificó contra Tercero haya reconocido ahora que mintió durante el juicio, celebrado en 2000.
La mujer que cometió falso testimonio, la mexicana Sylvia Cotera, confesó que la movieron sentimientos como la "furia", el "dolor" y el "miedo" a meterse en problemas, según la nueva declaración presentada por los abogados de Tercero ante la corte.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, envió el pasado 30 de julio una misiva a su homólogo estadounidense, Barack Obama, en la que le pidió clemencia para Tercero.
El mandatario destacó que el ciudadano nicaragüense fue condenado a la pena de muerte tras cometer un grave delito cuando era menor de edad.
Lo mismo hizo el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, a través de una carta al gobernador de Texas, Greg Abbott, a quien pidió clemencia para su compatriota apelando al quinto mandamiento de la Iglesia, "no matarás", y a motivos religiosos como "el derecho primordial a la vida".
Activistas de derechos humanos y comunidades eclesiales de base también se manifestaron a favor de que se suspendiera la ejecución del nicaragüense.
El 31 de marzo de 1997, Bernardo Tercero y un cómplice irrumpieron en una lavandería con el propósito de atracarla cuando el nicaragüense se enzarzó en una pelea con un cliente del establecimiento, Robert Berger, al que le disparó.
