Es indudable que los perros y gatos de cara chata han seducido con su imagen a muchísima gente alrededor del mundo. La expresividad de los ojos redondos, su formato de cabeza y la posición de su boca dan a las razas, como el bull dog inglés y francés, el pug, shih tzu, gato exótico, persa, entre otros, una singular ternura que, según algunos psicólogos, son los preferidos de la gente por la similitud de su mirada con la de los humanos.
A los animales de estas características se les denomina braquicéfalos, esta palabra proviene de braqui (acortado) y céfalo (cabeza). En ellos, la intervención de la mano del hombre con la crianza selectiva es una de las más evidentes para llegar a obtener la morfología que hoy vemos en estas mascotas. En el caso de los perros, es la tipología más lejana a la de su antecesor el lobo, Canis lupus familiaris, quien fuera el origen de todos los perros domésticos e igual en los gatos, si los comparamos con los felinos primitivos.
Este tipo de estructura de cabeza, sumado en algunos casos a cuerpos pesados y patas no muy largas, no los hace ideales para climas demasiado calurosos ni ejercicios excesivos, ya que su oxigenación y regulación de la temperatura por medio del jadeo es más problemática que en otro tipo de animales.
Algunas líneas aéreas norteamericanas tienen restricciones para trasladar este tipo de animales, ya que sus estadísticas los señalan como los más propensos a sufrir accidentes durante los vuelos debido a problemas respiratorios.
Todos estos factores no significan un impedimento para gozar de la compañía de estos maravillosos animales, pero sí debemos conocer sus características y posibilidades para tomar las precauciones pertinentes y darles todo el cuidado y atención que ellos merecen.
(El autor es fotógrafo especialista en animales y jurado canino).
