Este año fueron muchos los grupos y asociaciones de campesinos, indígenas, parroquias y otros que participaron de la conmemoración de los 44 años de la desaparición física del padre Héctor Gallego, primer párroco de la iglesia de Santa Fe de Veraguas, ocurrida la noche del 9 de junio de 1971.
Desde muy temprano, cientos de campesinos, trabajadores, estudiantes, amas de casa y adultos mayores participaron de la caminata de tres kilómetros, desde la quebrada Las Trancas hasta el templo, en el que luego el obispo de Veraguas, Audilio Aguilar Aguilar, celebró la misa de recordación por la memoria del cura sacrificado.
En la homilía, el obispo expresó la certeza de que el mensaje evangélico predicado por el padre Gallego aún vive en el corazón y la mente de quienes le conocieron y sus descendientes, porque aún a los 44 años se observa mucha participación de los grupos pastorales en las actividades que se organizan para honrar su memoria.
No obstante, la incertidumbre que yace en el corazón de los santafereños, por conocer finalmente qué fue de su persona, los hace reiterar su clamor por saber la verdad. Jacinto Peña, amigo cercano y el último testigo que vio con vida al pastor de Santa Fe, señaló que le complace que pese a haber transcurrido más de 40 años, en Santa Fe muchas personas quieren conocer y vivir el secreto de la predicación de este hombre de Dios, quien en solo tres años logró llenar de esperanza al campesinado veragüense.
De acuerdo con Peña, día noche se trabaja en Santa Fe para que su ideario y movimiento social no muera, razón por la cual se conmemora su legado cada año con muchas actividades sociales, religiosas, culturales y pastorales.
Peña solicitó al Gobierno Nacional que permita que algunos científicos extranjeros analicen las osamentas que están en poder del Ministerio Público, para corroborar si el ADN de alguno de esos restos coincide con el de los familiares del malogrado sacerdote colombiano.
Lázaro Rodríguez, residente en La Culaca de Santa Fe, reiteró que el trabajo que hizo el párroco no ha desaparecido, quizás su cuerpo sí, pero todos le recuerdan con mucha alegría, pese a las cuatro décadas pasadas y sin que se conozca aún la verdad de los hechos.
En el acto cultural participaron grupos organizados, estudiantes, sacerdotes y campesinos, quienes hicieron una remembranza del trabajo evangélico que desarrolló por la liberación y progreso del campesino irredento de Veraguas.

