El palpitante circuito hípico Royal Ascot culminó ayer en el condado británico de Berkshire, con el triunfo del purasangre Leading Light sobre la yegua Estimate, propiedad de la reina Isabel II y ganadora el año pasado de la bicentenaria Gold Cup.
El evento es una de las carreras más reconocidas del Reino Unido que cada año congrega a la realeza, la aristocracia y las celebridades del viejo continente, quienes más allá de la competición hípica se dan cita para celebrar su tradicional fiesta de sombreros.
Para asistir a Ascot es necesario obedecer un código de vestimenta muy riguroso: mientras a los gentlemen se les exige traje negro o gris, acompañado de calzado oscuro y sombrero de copa, las damas tienen oportunidad de acicalarse con las piezas más posh de su armario, eso sí, cuidando algunos aspectos evidentes en el protocolo, como el largo de la falda y el escote.
Es así como plumas, encajes, cerros de flores y hasta impresiones en 3D destacaron como los elementos más llamativos de la corrida que se inició el martes pasado.
La realeza británica estuvo presente durante los torneos de la semana. No obstante, la presencia por primera ocasión del príncipe Harry, según reportes del rotativo Daily Mirror, llamó la atención de las jovencitas presentes.
El príncipe Carlos y la duquesa Camilla de Cornoualles también asistieron a la cita, cuya primera edición se remonta al año de 1711.
En las jornadas también estuvieron presentes las princesas Beatriz y Eugenia, quienes asistieron con atavíos sobrios de la firma de moda Suzannah y sombreros hechos por Sarah Cant y Nerida Fraiman.

