Nunca he sido muy aficionada a las donuts o doughnuts, como se les llamaba tradicionalmente, pero sí a los croissants.
Ricos, llenos de mantequilla y con una masa finísimamente lasqueada, de etérea constitución; por fuera dorados, crocantes y que, en casos superiores, se desmoronan desordenadamente por su misma contextura, son el epítome de la panadería, en mi humilde criterio.
Así que cuando hace un par de meses escuché sobre el cronut, o sea un híbrido entre croissant y donut, puse solo 50% de la oreja a tierra.
Pero el asunto ha causado tanto furor, que no me ha quedado más que escuchar.
Parece ser que el híbrido pastelero (ver portada) del chef Dominique Ansel, de Nueva York, que recomienda comer de inmediato, tiene algo de ciencia.
Tras expender más de dos meses y pasar por 10 recetas, el chef dice que se trata de más que una simple masa de croissant frita.
La masa es similar, pero no igual a la de un croissant, y se saborea desde tres ángulos: relleno de crema, ´revuelque´ de azúcar y glaseado. El proceso, de trompo a rabo, toma tres días. Solamente se produce un sabor cada mes.
En mayo, fue vainilla-rosa; en junio, limón-alce y en julio será dulce de leche.
Al momento las colas se forman desde las 6:00 a.m. (abren a las 8:00 a.m.) y tienen un límite de dos unidades por persona (oh, locura).
Parece ser que el famoso Anderson Cooper, de CNN, trató de comprar unos para su cumpleaños y no pudo. El X-Man Hugh Jackman, por su parte, esperó en fila y logró sus cronuts.
No los he probado, pero me gustan los híbridos de cualquier cosa que sea similar a un croissant. Lo más sublime que he probado ha sido un sticky bun (un pan de dulce parecido a un cinnamon roll de Downtown Bakery en Healdsburgh, en Sonoma (California).
La chef y propietaria, pupila de Alice Waters, ha hecho varios híbridos durante los años.
El que yo me comí todos los días durante cinco días seguidos al desayuno era no tan básicamente una masa de sourdough, estirada con mantequilla en medio como si fuera un croissant, y que luego llevaba pasitas, almendras, pacanas y nueces, canela y especias, y un glaseado de almíbar. Estuvo espectacular. No tan espectacular, pero aun así buenísimo y más importante, más fácil de recrear en casa, estuvo un duffin, o sea una donut horneada como muffin, cuya receta encontrarán hoy en esta misma página.

