Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República, el principal resultado del Censo de Población y Vivienda del año 2023, es que la población total del istmo de Panamá es de 4 millones 202 mil 572 “residentes habituales”. Luego de 13 años de espera, obtener una cifra lo más precisa posible es sumamente relevante para las políticas públicas del país, las decisiones del sector privado, y las acciones de la comunidad internacional. Sobre las cifras producto del censo se ajustarán los presupuestos de salud, educación, vivienda, y se planificarán las redes de servicios públicos como agua, energía, telecomunicaciones y hasta la recolección de residuos. Bancos estatales y privados decidirán abrir sucursales o ampliar las existentes, uno que otro centro comercial nuevo aparecerá en un área en la que no era usual, y luego estarán las ofertas de empleos que seguirán a estas decisiones.
La cifra de la Contraloría General de la República no coincide con el estimado del World Population Review, una publicación científica independiente, que para el año 2023 había calculado la población de Panamá en 4 millones 464 mil 613 habitantes, una diferencia de 262 mil 41 personas. Es claro que todos los estimados están destinados a equivocarse porque están fundamentados en una serie de supuestos, aproximaciones e hipótesis. Es común que haya errores en los estimados poblacionales en África y en parte de Asia. Los estimados son flojos en Haití por ejemplo, pero una diferencia de más de 6% entre el número panameño y el internacional llama la atención.
Esto no significa que el censo panameño está mal, tampoco significa que los estimados internacionales son inútiles. Lo que esto implica es la necesidad de mayores y mejores explicaciones. Es muy factible que en los 13 años entre un censo y el otro se hayan dado fenómenos demográficos muy importantes, como por ejemplo la salida de emigrantes venezolanos de Panamá hacia un tercer país (Estados Unidos, Canadá o España). También es posible que la tasa de reproducción de la población sea menor, ya que los panameños y panameñas pueden estar retrasando los embarazos y posponiendo la formación de familias. Otra posibilidad es que haya aumentado la tasa de mortalidad por múltiples causas como la pandemia, las enfermedades no transmisibles, la desnutrición, la violencia o los accidentes. También puede estar pasando un fenómeno muy poco visible, el de una lenta pero creciente migración de panameños hacia otros países. Cualquiera de estos fenómenos necesitan ser explicados y sustentados.
El Censo del 2023 fue un censo en crisis, se cambió el sistema de realización del mismo. Si en las próximas semanas y meses se publican más datos, que ayuden a completar con toda racionalidad y lógica, y sobre todo con la información más precisa posible, los grandes vacíos dejados por el Censo del 2010, se habrá avanzado muchísimo en recomponer a la estadística panameña. Este país necesita saber sus verdades en números y estadísticas convincentes. Cuando un censo está correctamente desarrollado con su metodología apropiadamente validada y su trabajo de campo está efectivamente realizado, todas las inconsistencias se explican solas y desaparecen.
