(Esto en ninguna forma es un “inocente mariposa”, la coincidencia de fechas solo sirve para destacar que las tragedias pueden ocurrir en cualquier momento.)
El caballero de Vancouver vino a Panamá para conversar con el ministro de Plaza Edison. Parece un buen indicio de que ahora las negociaciones para el nuevo contrato de Minera Panamá S.A. van en serio. Hay que tomar en cuenta que los canadienses también anunciaron su intención de llevar adelante dos arbitrajes contra Panamá por este asunto. Así que es hora de pensar fuera de la caja.
En esta etapa de la negociación todos los resultados son posibles. Es muy posible que First Quantum decida acordar un nuevo contrato con Panamá en las próximas semanas. También es posible que decida acudir a un arbitraje y hasta abandonar el proyecto, por las condiciones que había solicitado el Estado y que ellos aceptaron, el 17 de enero de 2022.
Panamá no puede esperar a que le notifiquen que la mina va a ser abandonada para buscar una solución al problema laboral, ambiental, y económico que eso causaría. El Estado panameño debe tener otras cartas bajo la manga.
La administración de una mina tan grande como la de Donoso, solo la pueden hacer un puñado de empresas mineras en el mundo. La gran mayoría de estas son australianas, canadienses, estadounidenses, europeas y chinas. Muy posiblemente por lealtad de grupo, algunos de los otros gigantes mineros no quiera reemplazar a First Quantum. Incluso si hubiese una empresa dispuesta a hacerlo, la necesidad no debería obligar a Panamá a aceptar cualquier reemplazo, que pudiera ser otra empresa peor, otra empresa colonialista con las cuales se tendrían conflictos en el futuro.
El gobierno panameño debería hacerle saber al gobierno chileno el interés que aquí se tiene, que la empresa minera de cobre más grande del mundo, la Corporación del Cobre (Codelco) envíe una misión técnica para que evalúe la mina de Donoso. Codelco es una empresa estatal que produce entre el 8% y el 10% del cobre mundial. Si alguien sabe de este negocio son ellos.
La mirada de Codelco tendría dos intenciones, la primera es conocer el estado de situación de la explotación minera y la segunda es interesar a Codelco en convertirse en un posible aliado del Estado panameño en el desarrollo de esta mina.
Dado que los arbitrajes, pueden tomar años para resolverse, y la penosa situación de los trabajadores y proveedores durante ese periodo necesita de atención urgente, Panamá le ofrecería a Codelco un contrato de administración, por el cual la empresa chilena reactivaría la mina, se gana un porcentaje y el resto de la ganancia es del Estado panameño.
Miremos algunos números. Minera Panamá S.A. tuvo en el año 2021 ganancias por 1,500 millones de dólares y le pagó al Estado panameño 32 millones en regalías. Supóngase, en el mismo escenario que Codelco recibiera el 20% de las ganancias y el 80% fuera para el Estado panameño. Pasaríamos de 32 millones de dólares a 1,200 millones de dólares por año, ¡casi 40 veces más!. Es posible que nuevas prácticas gerenciales y una gestión operativa distinta generen un poco más de estas cantidades. La idea sería que Codelco administrara la mina de Donoso por 12 años, hasta que Panamá tenga suficientes especialistas y administradores mineros con experiencia para gestionar el proyecto como una gran empresa estatal. Eso mismo se hizo con el Canal de Panamá y miren lo bien que funciona.
Los arbitrajes
Aunque merece una reflexión más extensa, el tema de los dos arbitrajes que propone en este momento First Quantum contra Panamá no deben asustarnos. El primer arbitraje es un proceso de callejón sin salida con la única finalidad de salvar al segundo arbitraje. Me explico, el primer arbitraje se deriva del contrato-ley 9 de 1997, cuya cláusula 23 regulaba el arbitraje y excluía de todo proceso arbitral los fallos de inconstitucionalidad de la Corte Suprema de Justicia. Es decir, la causal del arbitraje no existe y por si fuera poco la propia Corte Suprema declaró inconstitucional el contrato-ley 9 de 1997, esto significa, que no hay fundamento para el arbitraje y no hay contrato que lo obligue a realizar.
Por eso el otro arbitraje, es para que no se discuta el tema del fallo de inconstitucionalidad y lo que se debata sean las actuaciones del gobierno de Panamá que afectaron la inversión de la minera canadiense. Si el primer arbitraje se anula, por falta de fundamento, el segundo empieza a trastabillar. De ocurrir estos arbitrajes pasarían años antes de tener un resultado final, por lo tanto, el gobierno panameño debería tener a mano el teléfono de Codelco.
