En su primer viaje a Panamá pensó que estaba llegando a Nueva York o a Dubai, comenta. 'Debe ser un orgullo para los panameños tener una ciudad en expansión, es digno de un homenaje al panameño'. Y es que visitó el país exclusivamente para diseñar y exhibir una escultura gigante de chocolate que recreó con más de 200 kilos de chocolate negro o 70% de cacao amargo.
Tardó 4 días en confeccionar cada pieza. Blanco explica que se inspiró en las raíces de Panamá, las tribus indígenas, en la base del país y su lucha por salir adelante y pensó en el Canal con sus barcos, que es símbolo de referencia a nivel global. Se impactó de tantos rascacielos que decidió incluirlo en la obra, detallando la ciudad de hormigón y acero sin pasar por alto resaltar la fauna a través de detalles como plantas y flores que recubrían la base.
José Antonio Blanco tiene 56 años y relata que desde los 14 años sabía que quería ser pastelero. 'No entiendo aún por qué, pero debe ser porque me llamó la atención el arte'. Ha trabajado en los mejores hoteles 5 estrellas de gran lujo como chef pastelero y ejecutivo por los últimos 25 años, ganó una medalla de oro en 1994 en la Copa Nacional de Pastelería Artística celebrada en Madrid, España, ha sido galardonado con la Piña de Oro en el certamen Culinaria 2000 celebrado en el Caribe, y fue considerado el mejor maestro artesano chocolatero de Ecuador en la Feria del Chocolate en el año 2012.
La escultura actual mide 2.5 metros, estará en el lobby del Grace por las próximas dos semanas, luego se donará al Museo del Canal Interoceánico. Ya está pensando en su siguiente destino donde exhibirá 150 piezas artísticas de Egipto y los dioses donde algunas figuras llegarán a medir 4 metros o más. Como le gustan los retos, está pensando en competir para entrar al Libro Guiness.
Ha inventado una técnica que él mismo nombró como 'azúcar prensado', donde mezcla azúcar blanca con clara de huevo y pigmentos comestibles con cacao. Además del cacao y el azúcar, está trabajando en su libro que ha titulado 'La Pastelería de Mi Vida' que aún no tiene fecha de publicación. Como él dice, 'cada historia tiene su receta', es un libro de pastelería con las recetas más importantes de los sitios donde ha trabajado.
Al preguntarle por algún consejo a futuros pasteleros, recapacita y dice que es una profesión de pasión donde 'tienes que poner el alma a lo que estás haciendo porque el pastelero lo que vende son recuerdos'.
