Uno de los objetivos ambientales más importantes es lograr una transición energética, que contribuya a mitigar el cambio climático y permita vivir en un mundo más sostenible para el beneficio de todos.
Bajo este principio, Enel, una de las principales compañías de energía en el mundo y que tiene un alto compromiso con la sostenibilidad, la mitigación del cambio climático y la transición energética, promovió el estudio “Hoja de Ruta para Potenciar el Rol de los Stakeholders en el Marco de la Transición Energética de Panamá con visión a 2050″. Este estudio fue desarrollado por el consultor independiente Deloitte, el cual contó con la participación e importantes aportes de instituciones gubernamentales, empresa privada, multilaterales, la academia, gremios, entre otros.
El análisis hecho ofrece una guía para que, tanto empresas, como gremios de diferentes sectores que operan en el país tengan una ruta a largo plazo hacia donde deben enfocarse los recursos para lograr el objetivo de descarbonización. De esta manera podrán tener lineamientos claros para hacer frente al cambio climático, ejecutando acciones concretas para reducir los gases de efecto invernadero (GEI) y mantener la calificación de carbono negativo.

Una de las principales conclusiones de este estudio es que, para el 2050, Panamá podrá reducir sus emisiones en un 67%, inclusive. Esta cifra está muy por encima del reto actual del 24%, pues se estima una reducción de 139 millones de toneladas de CO2 entre 2022 y 2050, frente a los 60 millones de toneladas de reducción de la Contribución Nacional Determinada (NDC) actualizada.
La transición hacia un sector transporte sostenible juega un rol fundamental en los objetivos de reducción de emisiones GEI, para el 2050 se prevé tener el 89% de la electrificación de la flota total de transporte.
En relación con los ahorros que percibe el país, se estimó un beneficio neto de 400 millones de dólares para el periodo 2016 al 2050, producto de la transición energética. Este beneficio corresponde a los ahorros producto de un menor consumo de combustibles fósiles, es decir, que el ahorro es mayor a las inversiones de reemplazo necesarias en generación eléctrica, transporte y suministro.
Además, la transición energética en el 2050 generará cerca de 11.5 mil empleos donde la participación de las mujeres pasará del 21% al 33% en la fuerza laboral del sector energético.

Adicionalmente, el estudio indica que el hidrógeno verde se convierte en un gran aliado para descarbonizar sectores industriales, como por ejemplo la aviación y el transporte marítimo. En ese sentido, el Canal de Panamá es un punto estratégico para el desarrollo, almacenamiento y transporte de este combustible a nivel mundial, el cual tendrá oportunidades de exportación que perfectamente pueden ser aprovechadas localmente.
Para el corporativo es imprescindible que esta transición sea implementada adecuadamente para no ocasionar nuevas formas de pobreza y otras desigualdades. Esto dará mayor independencia energética, generará nuevas fuentes de empleo y cuyos resultados se reflejarán también en un aumento en el PIB. “Es importante la cooperación de todos los sectores involucrados en el logro de los objetivos, diferenciando más allá de los números, el valor qué hay detrás de la transición energética, esto es un proceso en marcha que no se detiene y que actualmente en Latinoamérica se están tomando decisiones importantes para enfrentar el desafío que supone hacer la transición hacia un sector energético más verde” indicó Lucio Rubio Díaz, director general de Enel Colombia y Centroamérica.
Involucrarse dentro de las actividades de las comunidades es clave en este proceso de transición energética, pues permite crear una conciencia social sobre cada acción que se realiza. Desde Enel enseñan a las comunidades a trabajar en organizaciones (como cooperativas y/o asociaciones) para que tengan mayor capacidad de gestión y que de esta forma puedan tener acceso a fondos o bonos verdes por la creación de iniciativas sostenibles.
