La inofensiva costumbre de aplicarse desodorante al salir de la ducha puede provocar irritaciones en la piel de algunas personas.
En un artículo publicado en la revista Semana, los expertos aseguran que no se ha inventado el desodorante ideal para cada persona porque depende de la tolerancia personal al producto.
Además, recomiendan aplicar el antitranspirante en formato aerosol a una distancia de 15 centímetros de las axilas y advierten de que puede provocar alergias respiratorias. En cuanto al desodorante en barra aseguran que pueden ser pegajoso, manchar la ropa y dejar grumos en la piel.
Sobre los geles o cremas cuentan que, si no se aplica una capa fina, puede terminar deslizándose por la piel con el calor. Del roll-on destacan su practicidad en el uso y movilidad, porque se pueden llevar en el bolso. Por último, hablan de las barras de sales minerales que, aunque son más caras, duran hasta un año y no manchan ni contaminan.
Por su parte, el dermatólogo Juan Erasmo González explica que algunos antitranspirantes pueden ocasionar una dermatitis por contacto, que deja manchada la piel al desaparecer la enfermedad. “Esto se conoce como una hiperpigmentación postinflamatoria: después de la dermatitis, aparece una mancha oscura debido a la estimulación de células que pigmentan la piel”, añade.
Otra de las reacciones al desodorante es la aparición de las conocidas como axilas negras, para lo que la farmacéutica Damibel Rodríguez aconseja evitar los desodorantes que contienen alcohol o mucha fragancia.
