En esta era computarizada cualquiera canta, son pocos los intérpretes que tienen un verdadero instrumento musical en sus cuerdas vocales. Y esto es agradecido por el público cuado se percata de ese talento en los conciertos.
Un claro ejemplo de ese talento es Diego El Cigala, quien el 17 de mayo conquistó al público en su concierto en el marco de la IV Feria del Libro, en el Teatro Anayansi de Atlapa.
Inolvidable fue la canción que escogió el cantautor español para abrir su primera presentación en Panamá, ante una buena cantidad de público.
El Cigala cantó casi todos los temas que arregló con Bebo Valdés en Lágrimas Negras: "Veinte años", "Corazón Loco", "Vete de mí", "La bien pagá" y "Si te contara".
El público aplaudía apenas adivinaba los temas por sus primeros acordes y mientras se desgarraba el alma en la garganta el cantaor, lo seguía al unísono en un coro que parecía más un susurro.
Durante el concierto, que terminó a las 10:45 p.m., El Cigala tomó dos actitudes: o se quedaba completamente quieto, escuchando los solos del piano, como un títere triste, o se arrebataba con las descargas de sus músicos.
Cuando quería compartirles protagonismo los atizaba con un ¡agua! y cuando lo satisfacían a él y al público les regalaba un ¡olé! Eso sí, nunca dejaba de hacer palmas.
A la mitad del espectáculo el cantaor también tocó un par de temas de su disco Picasso en mis ojos y "con mucho placer" un tema inédito de la segunda edición de Lágrimas negras, que, adelantó, sacará este año.
Cerró la velada con Dos Gardenias y un ¡olé!

