Muchas veces, los hablantes suelen usar como sinónimos absolutos palabras que tienen puntos en común en su significado, pero que aparecen debidamente diferenciadas en cada una de sus acepciones en el diccionario. Debe recordarse que, en el plano semántico, hay palabras más amplias que otras, porque su cobertura de sentidos, usos, matices, contrastes, es mayor, mientras que otras son más restringidas. El anterior es el caso de las palabras congénito y genético.
En el campo de la ciencia, específicamente en el de la salud, estas palabras suelen ser confundidas. Según el DRAE congénito es “Que se engendra juntamente con algo”. Seco agrega: “Cosa que se tiene ya al nacer”. Una enfermedad puede ser congénita o ser genética. Si es genética guarda relación con la carga hereditaria que se recibe de los padres.
En cambio, si es congénita se refiere a las características que vienen ya con la persona, pero que no dependen de su carga genética, sino del entorno y las situaciones a las que estuvo ligada durante la gestación. El síndrome de Down sería, en tanto, genético; pero el VIH o el sida serían congénitos. También se usa congénito en un sentido más amplio para referirse a situaciones propias de la naturaleza de las cosas o de las personas. Ejemplo: Tiene una capacidad congénita para mentir.
