Al comienzo de la cinematografía, un beso o una caricia en una escena era motivo suficiente para que un sacerdote censurara la película.
Con el tiempo, ese tipo de secuencias se hizo más común y surgieron los cines especializados en proyectar filmes "para adultos".
En Panamá, el cine Tropical, ubicado en Calle Estudiante cerca del Instituto Nacional, tiene 80 años.
SALA CULTURAL
En sus inicios, funcionó como una de las primeras salas culturales de la época. Su cortina de color vino, que una vez se abrió para recibir a mucha gente, ya desapareció. Actualmente, después de una jornada de trabajo, los clientes que frecuentan el sitio para ver las películas pornográficas no dejan de llegar.
En una butaca, ubicada en una esquina oscura, Ricardo Torres, de 48 años, estaba inspirado en la proyección de la cinta, cuyo nombre queda en la imaginación. "Ricardo es mi nombre", dijo el espectador, y sin recelo manifestó no guardar discreción porque se considera "de mente abierta".
Torres prefiere ver las películas de 35 milímetros que las digitales, "porque contienen temas y las otras sólo presentan sexo".
Del otro lado de las butacas, un joven de 25 años, que prefiere mantener su anonimato, admitió recurrir al Tropical porque le gusta la pornografía . "Me gusta venir a la tanda de 6:00 p.m. a 8:00 p.m. porque el cine se llena", indicó el discreto.
Agustín López, quien tiene 20 años de laborar allí, aseguró que con la venta de películas pirateadas ha disminuido la asistencia del público, pero alega que siempre hay gente que asiste. "Aquí entran maestros, abogados, obreros, agentes de seguridad, quienes prefieren venir de lunes a miércoles porque es cuando se proyectan las películas de 35 milímetros, y después del miércoles, asisten jóvenes de 20 años para ver las películas en formato digital".
Todos pagan dos dólares con 50 centésimos y los jubilados un dólar. López asegura que las mujeres frecuentan el cine muy poco y, si lo hacen, van con sus parejas.
"Aquí llega más gente porque es tranquilo, sin embargo, el cine Apolo, en Calidonia, y El Dorado, en Calle 12 Santa Ana, son mal vistos porque recurren personas del mal vivir".
Jorge Camargo, trabajador de la construcción, frecuenta el Apolo y dijo que prefiere ese lugar porque es más barato, cierra más tarde y las películas son más buenas.
La cinéfila Alejandra Bermúdez explicó que la diferencia entre las películas pornográficas y las eróticas es que en las primeras se proyecta sexo explícito, sin embargo, las películas eróticas tienen una trama con orientación sexual y un contenido destinado al público adulto. Bermúdez considera que las cintas eróticas muestran el arte del cuerpo y ayudan a estimular las relaciones de pareja, además los sexólogos las recomiendan en ocasiones.
Para el psicólogo Aristides De Icaza Aguilar, el mensaje que produce este tipo de películas en el cerebro de las personas que asisten a los cines triple X es alterar su conducta, a tal punto que puede ocasionarles una desviación emocional y sexual. "Todo depende de la persona," dijo el psicólogo. También agregó que la adicción a los videos es otro factor de riesgo.

