Esto de los tonos es importante. Sobre todo para Aaron Zebede, uno de los tres productores de 40 kilates que, además, forma parte de su elenco.
Pese a que el amor rodea todo el proyecto, "en el proceso de ensayo nos hemos alejado de lo romántico y nos fuimos más por la comedia", apunta Zebede, especificando que lo que se evitaba era caer en "el exceso de clichés".
Por su parte, Rossana Uribe, protagonista y también productora del montaje, concuerda con su compañero de escena. "El tratamiento que se le ha dado es muy rico, muy actual y no cae jamás en lo cursi. ¡Odio lo cursi!".
Los dos están contentos, sobre todo él. "El cuerpo ya me pedía trabajar en una comedia, como productor y como actor", apunta.
Sin embargo, para Edwin Cedeño, director de la pieza, "el teatro es teatro, y los géneros son excusas para narrar escénicamente una situación".
Mas no deja de acotar que "la comedia es uno de los géneros más fuertes que han existido. La ‘risa fácil’ y la comedia no son sinónimos".
En cuanto sus expectativas del trabajo, Cedeño sólo espera que la obra tenga diversas resonancias en el público.
"Cada quien reacciona según sus propias referencias intelectuales y emocionales. Algunos reirán, otros llorarán, otros reflexionarán... Ya veremos", concluye.

