AristólogaEspecial para La Prensavivir+@prensa.com
El otro día casi me agarro a trompones telefónicos con un amigo, a quien le parece ofensivo que la heladería que es objeto de esta reseña tenga afuera un letrero que reza gelati artiggianali o algo al efecto de que son productos artesanales, cuando traen las bases para ciertos sabores desde Italia.
Francamente, como Aristóloga no me corresponde ponerme el sombrerito de "panameño con orgullo consume lo tuyo" por más que abogue por consumir nuestros productos nacionales en otros contextos. Si, por ejemplo, el café Illy que hacen en la misma heladería es sabroso, pues a Aristóloga le corresponde decir que sí, es sabroso, aunque en mi fuero interno preferiría uno de nuestros exquisitos cafés de altura.
Ubicada en la esquina de Vía España con la Eusebio A. Morales, los colores brillantes y alegres que han elegido para la decoración se complementan con los de las copitas plásticas en que dispensan los helados. A través de una puerta, se entrevén dos modernas máquinas de soft serve, en que se baten inicialmente los ingredientes, que luego se congelan aún más para luego pasar a los escaparates donde una plétora de sabores, colores y texturas te hacen pensar que esta sería una versión muy aceptable del cielo, porque ¿será posible que a alguien no le gusten los helados?
Además de helados, tienen (por el momento), ensalada de frutas, algunas bebidas y los ricos cafés que mencioné antes. Ofrecen croissants y algunos emparedados en ciabatta o en pan de molde. Los emparedados en ciabatta cuestan alrededor de cuatro dólares, y los hacen de jamón cocido, jamón crudo (prosciutto), pavo (que descubrí que era, no pechuga, sino "jamón de pavo", lo que creo que es buena noticia para quienes guardan kosher o halal), y también uno caprese, con queso mozarella, tomate y albahaca.
Los emparedados son buenos pero no extraordinarios ya que por alguna razón eligen no tostar bien la ciabatta; otra vez, en vez de queso mozarella me vino queso amarillo porque "al muchacho se le ‘dimenticó’ [sic] el mozarella" según me contó el señor italiano que está poniendo la operación (es franquicia) en regla.
Los helados, ahhhh… Tanto los sorbetos, hechos con frutas adquiridas localmente como la maracuyá, el mango, la piña, el limón, las frutas del bosque (fresas, moras, etc.), como los helados con base de leche, son una maravilla. Los distingue su textura sedosa y profundidad de sabor. Es casi, casi contundente. Te impacta, te seduce, acaricia tus sentidos, te deja satisfecho.
Los sorbetos tienen un punto divino de ácido, y saben a pura fruta.
Entre los helados de leche, el de Nutella es una maravilla, sedoso; el de chocolate también, es como un custard; creo que uno de mis favoritos fue el de turrón, que me recuerda a esos turrones Perugina de mi infancia, con sus sabores a miel y a cáscaras de cítricos confitadas; el de avellana es una melodía de sabores profundos, nogados, y el de café es perfecto. El de pistacchio sabe a eso mismo (primera vez que pruebo uno) pero el de amaretto me empalagó un poquito.
Además de buen producto, tienen accesibilidad ya que queda en media ciudad, y está abierto hasta las once y media de la noche. O sea que, cuando uno se encuentra con uno de esos restaurantes con buena cocina pero fatal repostería, hay opciones. Dixit.
FICHA TÉCNICA
• COMIDA Helados maravillosos, café bueno, emparedados regulares.
• AMBIENTE: De cafetería, alegre y espacioso
• PRECIO: 1 bola, $1.50; 2 bolas, $2.25. Para llevar en cajitas térmicas de fom: 6 bolas (1 libra) $7.50, 12 bolas (2 libras) $15.00;
• RECOMENDADOS: Café, avellana, nutella y limón
• FUMAR: No
• HORARIO: Lunes a sábado (10:00 a.m.-11:30 p.m.) y Domingo, de 2:00-10:30 (p.m.)
• DIRECCIÓN: Vía España con E. Morales
• TELÉFONO: 390-1682
• ACEPTAN: Sólo efectivo
