Niños de varias escuelas de San Felipe participaron, el año pasado, en talleres de teatro. Las obras que representaron fueron ideadas y escritas íntegramente por ellos, de manera colectiva, basados en sus propias anécdotas y vivencias. A través del teatro, los niños encuentran una forma alternativa de solucionar sus problemas. Su rendimiento académico mejoró y algunos disminuyeron su nivel de agresividad en el salón de clases. En muchos casos se logró transformar actitudes aparentemente perjudiciales canalizándolas en algo productivo.
Más allá de la clase de artes manuales que se da en las escuelas, las manifestaciones artísticas en general permiten que no sólo los niños, sino también los jóvenes y adultos activen su capacidad creativa y la apliquen a sus necesidades cotidianas, como es el caso de las Mujeres de la Luz y el proyecto Hojas del Darién, que a partir de un acto creativo han sabido gestionar soluciones para sus problemas cotidianos y falta de recursos.
La fundación Casa Taller, dueña de la iniciativa, ya enseña en sus jardines infantiles a niños de edad preescolar a pensar de otra manera a través de la literatura. Se les "actúa un cuento" y durante varios meses las actividades diarias se relacionan con esa historia. Los niños "transitan" por el cuento y van aprendiendo a pensar y a imaginar, a sacar conclusiones, a crear las escenografías y a dar ideas propias. Esta enseñanza, que no es solamente intelectual, pone en acción los sentidos creando una memoria que agudiza la sensibilidad del niño y lo predispone a otras formas de conocimiento, en particular al de las ciencias.

