Los animales exóticos están cada vez más involucrados en el violento mundo de los estupefacientes.
A los jefes del narcotráfico les gusta presumir rarezas como botas de piel de tortuga marina o construir zoológicos privados en sus mansiones.
También ganan dinero al compartir sus rutas con traficantes ilegales de animales que empacan colibríes en cajas de cigarrillos y jóvenes monos en ductos de aire acondicionado de autos, para ser vendidos en el ávido mercado de mascotas de Estados Unidos.
Se estima que el tráfico ilegal de especies vivas en todo el mundo alcanza unos 20 mil millones de dólares al año, según datos de la Interpol.
Los grandes dividendos de vender animales salvajes en el mercado negro le dan un incentivo extra a los narcos para diversificar su negocio.
China y Estados Unidos son los dos mayores mercados en el mundo para mascotas prohibidas , lo que hace que la frontera norte de México un movido corredor de exportación de especies exóticas, desde Latinoamérica y otras partes del mundo.
