En un futuro distante los seres humanos han decidido explotar los recursos de una hermosa y distante luna llamada Pandora. Allí, los nativos conocidos como Na’vi, deben pelear por su supervivencia ayudados por Jake Sully, un marine del ejército que penetró su ambiente como un enemigo pero luego cambió de bando.
Este es tan solo un superficial delineamiento de Avatar, la última película de James Cameron (Terminator, Titanic), cuya premiere fue en Londres, Inglaterra, fue el pasado jueves y que ya ha inspirado críticas positivas alrededor del mundo.
En una videoconferencia para Latinoamérica y Estados Unidos, realizada horas antes de la premiere, Cameron, acompañado por Jon Landau, productor de la película, habló sobre la tecnología de punta empleada para la cinta y sobre los retos que enfrentaron con una producción tan compleja.
“Queríamos llevar a la audiencia a otra dimensión, otro planeta. Llevarlos a un mundo que nunca podrían haber conocido. Este ha sido el cumplimiento de un sueño que he tenido desde que era un niño”, explicó.
El director, que describe a Pandora como un lugar maravilloso visualmente enriquecido, comentó que lo más difícil de la producción fue lograr que la actuación se transmitiera al 100% en las imágenes generadas por computadoras y que el público, inmerso en los efectos 3D, la trama y la innovación, no fuese capaz de diferenciar imágenes reales de sus numerosas contrapartes animadas.
