Por lo general, cuando un paciente suspende un tratamiento medicamentoso, su efecto desaparece de su organismo en no menos de un mes.
Sin embargo, este ciclo no se cumple con las llamadas estatinas, que son fármacos usados para disminuir el colesterol en pacientes que tienen riesgo de sufrir eventos cardiovasculares.
En este sentido, el médico internista Armando Mendoza comenta que está comprobado científicamente que los efectos beneficiosos de la terapia con estatinas pueden durar años, incluso décadas, lo que supone un beneficio considerable para este grupo de pacientes que se caracteriza por no seguir de forma continua el tratamiento.
Argumenta que estas drogas tienen la capacidad de arreglar el daño en las arterias y prevenir el avance de la enfermedad.
Señala que después de que una persona tiene 5 ó 10 años tomando medicamentos para control, se cansa y empieza a dejar de consumirlos.
Se supone que su nivel de riesgo debe aumentar, pero hay estudios que demuestran que muchos de ellos mantienen el índice de muerte cardiovascular bajo.
Esto, dice Mendoza, se debe a que mientras estuvieron tomando reglamentariamente el medicamento, este iba solucionando el problema; no era un paliativo como se creía en un principio.
Otro hallazgo importante en esta materia, según Mendoza, es que los expertos recomiendan empezar el tratamiento con estatinas desde que se detectan índices de colesterol bajo en el paciente, ya que supondría un impacto importante sobre la incidencia de la enfermedad.
