Además de prevenir el embarazo, aquellas mujeres que toman pastillas anticonceptivas gozan de una mejor salud y viven más tiempo que las que no las ingieren.
Al menos esto ha ocurrido con 46 mil féminas, que desde 1968 hasta la fecha, han utilizado la píldora y que han sido objeto de un estudio de investigadores de la Universidad de Aberdeen y del Centro de Salud Rural de Inverness, en Reino Unido.
El análisis reveló que estas mujeres estuvieron menos propensas a desarrollar tumores malignos, que las que no toman la pastilla.
Lo anterior contradice la creencia popular, que relaciona su consumo con la aparición del cáncer de mama y enfermedades hepáticas, señala el ginecólogo Juan Carlos López.
Agrega que algunas pacientes con enfermedades como endometriosis, síndrome de ovarios poliquísticos o síndrome premenstrual se benefician de los componentes del anticonceptivo a corto y a largo plazo. “Siempre y cuando no está entre sus planes inmediatos buscar un embarazo”.
Pese a ello, López considera que “todavía se necesitan muchos estudios para concluir que los anticonceptivos pueden prolongar la vida, pero el hecho de que no se haya logrado demostrar que la acortan es un avance”.
La mujer que consume la píldora suele tener mejor calidad de vida, si se toma en cuenta que “generalmente la mujer que planifica (con cualquier anticonceptivo u otro método) tiende a preocuparse más por su salud, por el número de hijos a tener y por la prevención de otras enfermedades”, subraya el doctor López.
La National Cancer Institute ha señalado que las damas que toman estas pastillas, durante más de 10 años, tienen menos incidencia de padecer cáncer de ovario.
En sus 40 años de profesión, la ginecóloga Rosa María Britton le ha recomendado a sus pacientes el consumo de pastillas anticonceptivas.
La especialista añade que los beneficios que ofrecen estas píldoras son mayores que las pastillas de ayer, porque en la actualidad cuentan con una dosis hormonal (de progesterona y estrógeno) de 0.01 miligramos, mientras que la primera píldora creada tenía 5 miligramos, lo que evita la aparición de mayores efectos secundarios.
