La verdad es que soy de esas personas que creen que a los restaurantes se va a comer, y no a ver espectáculos. Si quiero ver un show, entonces me voy al circo.
Pero la llegada de Benihana a Panamá, es un hito. Creo que antiguamente hubo un restaurante epónimo, aunque probablemente con título "prestado" de la franquicia, que se fundó en 1964 en Estados Unidos, y en el entonces fue una novedad, por el show del cocinero haciendo piruetas frente a las mesas, enormes planchas calientes de inox que sientan a ocho personas frente al chef-cum-malabarista.
Y confirmé mi introspección particular. Estos cocineros con alma de batutera me dejan fría. Tal vez en ese aspecto juzgue con excesiva severidad el estilo fundamentalmente espectacular del restaurante, pero los exabruptos de que fui testigo no tienen excusa, ni siquiera para una parodia de buena cocina japonesa refinada para halagar a las almas inocentes de Jim and Dorothy from the Midwest quienes en la década de 1960 jamás habían visto ni a un negro ni a un japonés y se tragaban el cuento entero.
La verdad es que, lo que comimos del teppan, estuvo todo muy sabroso, y nuestro itamae Jhon (sic), o sea cocinero, se desempeñó con gran dignidad. Pero lo que precedió fue pantagruelesco. Pedimos un combo de sashimi tempura, seguido de un rollo de sushi, y luego la comida cocida a la plancha. Lo primero que nos pusieron enfrente fue un caldo de res, cortesía de la casa, que como diría mi difunto padre, sabía a sudor de mosquito. Luego, nos sirvieron el arroz frito con vegetales preparado enfrente, en la plancha. El protocolo particular de este tipo de cocina prescribe que el arroz sea lo último que se presenta. Nos quejamos, lo retiraron. Trajeron el sushi. ¿Y el sashimi? ¿No es más lógico comer primero el plato más simple para no opacar los delicados sabores del pescado fresco? Se llevaron el sushi y trajeron el sashimi, minus el binomio de tempura.
Trajo salmón y atún ricos, lenguado descongelado con sabor a nevera. Cuando llegó el tempura, a la carrera, venía calentito y rico, que fue lo único que hizo tragable los langostinos, porque la masa no tenía textura de tempura sino de pancake. O sea que era un prontopup glorificado. Del rollo de spicytuna no tengo queja absoluta, estuvo sabroso con buena proporción de relleno a arroz; la combinación de mariscos (calamar, conchuelas y camarones), estuvo excelente, y debo encomiar las dos salsas: una a base de jengibre, soya y cebolla rallada, con un toque cítrico, y otra similar al gomadare que se suele servir con shabushabu, o sea una salsa a base de pasta de ajonjolí, de buen sabor pero textura demasiado aguada. La carne teriyaki con que terminamos vino troceada desde la cocina, pero mal cortada, con y no en contra del grano. Repito, el personal de salón se portó regio, pero tienen problemas muy serios en la cocina y con el despacho de las órdenes. Dixit.
FICHA TÉCNICA
• COMIDA: Regular
• SERVICIO: Personal de salón bien, cocina mal organizada
• AMBIENTE: chic
• PRECIO: $25 en adelante
• RECOMENDADOS: Rollo spicy tuna ($8.95)
• ACCESO A DISCAPACITADOS: ascensor y escalera eléctrica
• FUMAR: terraza
• DIRECCIÓN: nivel 3, Multiplaza
• HORARIO: De lunes a jueves, de 12:00 md a 11:00 p.m., los viernes hasta las 12:00 p.m. y domingos hasta las 10:00 pm.
• TELÉFONO: 302-6207
• ACEPTAn: Visa, MC, Amex.
