Una simple dosis diaria de bicarbonato de sodio podría servir para frenar el progreso de enfermedades crónicas del riñón, según se desprende de un estudio difundido y elaborado en el Reino Unido.
Un experimento piloto, realizado en el Royal London Hospital, sugiere que la ingestión de ese compuesto ayuda a contrarrestar uno de los trastornos más comunes en los enfermos renales, sus bajos niveles de bicarbonato, lo que se conoce como acidosis metabólica.
Para la investigación, que publicó la revista Journal of American Society of Nephrology, los científicos británicos examinaron a 134 voluntarios que tenían enfermedades crónicas del riñón avanzadas y acidosis.
A un grupo de pacientes se le dio una dosis diaria de bicarbonato en forma de pastilla, además de su tratamiento habitual y, al cabo de un año, se comprobó que su función renal se había deteriorado dos veces más, lentamente, que la de los enfermos que no tomaban esa pastilla. El ritmo de deterioro fue parecido al que se espera de cualquier persona al envejecer. Solo en un 9% de los casos empeoró la función renal de los enfermos, comparado con un 45% del grupo que no ingirió la píldora.