La dieta china, tradicionalmente compuesta ante todo de vegetales, está experimentando una revolución carnívora que se expande de las ciudades a los pueblos, y que podría estar detrás de la crisis global de alimentos.
La imagen del arroz y la soja aderezados con té verde hervido apunta a su extinción en las grandes capitales, que marcan la evolución china y expanden su influencia al medio rural.
“Son el modo de vida sedentario y el factor diferencial lo que están cambiándolo todo en las ciudades”, explicó a Efe He Jiguo, profesor de la Facultad de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Agricultura de China (UAC).
“Aunque el medio rural vive cambios parecidos, mantiene una dieta tradicional china y consume muy poca carne en comparación con el urbano”, apuntó el investigador
Una encuesta de la UAC señala que, en el proceso de equiparación de China a Occidente, la ingesta anual de carne crecerá el 20%, mientras que la demanda de lácteos podría duplicarse y el consumo de aceite dispararse en 30%.

