La actriz Cameron Díaz dijo que posó en topless hace 10 años para unas fotos eróticas con la esperanza de promover su carrera como modelo en el mercado de revistas artísticas. Pero la protagonista de la película Los ángeles de Charlie declaró ante un jurado de Los Ángeles que nunca había firmado un permiso de publicación de las fotos y se sentía estafada por el fotógrafo que las tomó, quien intentó venderlas por millones de dólares cuando la actriz se hizo famosa.
Díaz se presentó ante la corte para prestar testimonio en el juicio que se le sigue a John Rutter, quien tomó las fotografías en 1992, cuando la estrella de Hollywood tenía 19 años.
Rutter, de 42 años, negó las acusaciones de haber falsificado la firma de Díaz en un permiso para utilizar las fotos y de intento de estafa. De ser declarado culpable, enfrentaría una condena de hasta seis años de prisión.
"Las fotos eran para ser usadas sólo en publicaciones de calidad en las que ambos estaríamos de acuerdo", dijo Díaz, añadiendo que se hubiera horrorizado si las imágenes terminaban en una revista pornográfica, aunque aclaró que no objetó la clase de fotos que le sacó Rutter.
"Pensé que mis pechos se veían bien. Al menos tenía eso de mi lado", dijo al ser repreguntada, despertando risas en la corte. Algunas de las fotos —en las que se veía a Díaz con medias de red y altas botas de cuero— se exhibieron en la sala. La actriz dijo que otras tomadas en la misma sesión la mostraban topless.
La actriz recordó que Rutter se le apareció en junio de 2003 mientras ella realizaba la promoción de la secuela de Los ángeles de Charlie, mostrándole las fotos y un video y diciendo que tenía compradores que estaban dispuestos a pagar 5 millones de dólares por ese material.
Díaz agregó que Rutter le pidió 3.3 millones de dólares en dos días para no publicar las fotos. "Nunca me había sentido tan violada. Nadie me dijo nunca ‘Voy a lastimarte’. Me dejó un agujero en el pecho, me enfermó", aseguró la actriz.
El abogado de Rutter, Mark Werksman, declaró que su defendido era "culpable de ser un buen muchacho" por darle a Díaz la primera oportunidad de comprar las fotos. El letrado agregó que el caso contra Rutter era acerca de "una rica y poderosa estrella de cine (...) buscando aplastar y destruir a John Rutter" y "enterrar para siempre" unas fotos vergonzantes.

