Las películas porno son ya parte tradicional de la oferta televisiva en muchos hoteles británicos. Pero el video de alto contenido sexual que fue exhibido en una suite del hotel Edelherberge Park Lane Hilton de Londres a un presunto enviado del Palacio de Buckingham se saltaba la norma: los protagonistas del "sexo oral" -según la prensa dominical británica- eran un miembro de la familia real y un empleado del palacio.
La prensa dominical anunciaba: "Miembro de la familia real implicado en chantaje con sexo y cocaína", decía el Mail on Sunday, similar al del Sunday Times.
La casa real acudió directamente a Scotland Yard para denunciar el caso. Un hombre llamó al teléfono del palacio a principios de agosto y declaró tener en su poder el video. Las imágenes, más un sobre con el sello real que contiene los restos de la cocaína filmada, están a la venta por unos 75 mil euros, algo más de 100 mil dólares, dijo la voz.
Un abogado de la monarquía británica acordó un encuentro en el hotel Hilton frente a Park Lane, donde iba a comprobar la autenticidad de las imágenes antes de entregar el dinero. Pero en su lugar acudieron a la cita del 11 de septiembre agentes de incógnito de Scotland Yard, recogen los medios. No miraron mucho antes de mostrar sus placas a los chantajistas, dos hombres de unos 30 y 40 años.
El 13 de septiembre, los sospechosos fueron formalmente acusados y enviados por un juez a prisión preventiva hasta que comience el juicio, el 20 de diciembre. El magistrado decidió también el absoluto secreto de sumario: ningún detalle picante, mucho menos la identidad de los protagonistas de la cinta pueden salir a la luz pública. La prensa sensacionalista británica entiende la prohibición más como un desafío que como una mordaza.
Abogados de la prensa analizan la posibilidad de recurrir judicialmente el secreto de sumario, que según la ley británica se justifica sólo cuando el conocimiento de la opinión pública "perturba gravemente el ejercicio de la Justicia".

