En un país donde a duras penas se puede vivir de la música propia, no deja de sorprender que de vez en cuando y cada vez más seguido, aparezcan nuevas propuestas —de pop, rock o música romántica— lideradas por jóvenes que, con las uñas y muchos años de planeamiento, sacan adelante lo que para ellos es más que un sueño: su vida y la forma en que la quieren vivir.
Básicamente ese es el motor de David Chuas, músico nacional de origen chitreano que recientemente se integró a la lista de cantautores panameños, con su disco Monosapiens y un vídeo de la canción Dos lunas bajo el brazo.
Todo por culpa de su madre (que le enseñó a tocar guitarra), Guns n’ Roses (cuya canción November rain lo motivó a aprender piano) y Nirvana (por quienes abandonó a Guns ‘n Roses y a quienes rinde tributo en una de las canciones de su disco).
¿Pero por qué, con tanto solista tocando por ahí, decide dedicarse a la música, a pesar de tener una prometedora carrera como publicista?
Chuas diseñó un mapa: "estudié publicidad para que el día en que yo tuviera mi disco, pudiera producirlo y saber qué era lo que tenía que hacer. No elegí la carrera por si no me funcionaba la música".
Y ciertamente la mentalidad comercial influye no solo en el disco mismo y en la manera en que está armado musicalmente, sino también en la composición de las canciones, el público al que le interesa dirigirse y las expectativas a futuro con respecto a su carrera.
Con su Monosapiens, ya a la venta, Chuas espera darse a conocer en Panamá y grabar tres vídeos, "para llegar afuera (específicamente a los mercados mexicano y bogotano) con un producto completo".
Ese "producto" consiste en un disco variado, ecléctico, con un "estilo definido" según el mismo Chuas, "pero dentro de un marco bastante amplio", muy influenciado por la música retro que en ciertos momentos recuerda o a The Cure, o a Ramones, o a Hombres G y en algunas ocasiones al Charly García de los 80. Quince temas para elegir el que más le guste.

