Un clavicordio del genial compositor Wolfgang Amadeus Mozart es la pieza más preciada por la que podrán pujar coleccionistas y melómanos en un lote que se subastará en enero de 2006 en Salzburgo, su ciudad natal.
La casa de subastas Dorotheum anunció la salida a la venta del instrumento el próximo 28 de enero, coincidiendo con el 250 aniversario del nacimiento de Mozart, que se prepara en Austria como un gran homenaje a su músico más conocido.
"El instrumento debía ser demasiado pequeño para dar un concierto, pero seguramente Mozart compuso con él, al igual que en la actualidad los músicos modernos utilizan para componer un teclado más pequeño y práctico", explicó el director de Dorotheum, Walter Sonnberger, en la presentación de la subasta.
Las demás piezas en venta, de singular rareza, son un retrato del compositor de Las bodas de Fígaro junto a su hermana Nannerl y notas musicales escritas que se creían desaparecidas de un músico contemporáneo de Mozart llamado Joseph Friebert.
Sobre la procedencia de estos enseres de uno de los compositores más admirados en la historia de la música, la historia empieza con Constanze, la esposa de Mozart, que tras enviudar se casó con el embajador de Dinamarca Georg von Nissen y posteriormente vendió estos objetos en ese país nórdico antes de volver a Austria.
Desde entonces estuvieron en propiedad de una familia danesa y se fueron heredando de generación en generación, pudiéndose demostrar la autenticidad de las piezas, según Dorotheum.
El clavicordio se trasladará a Salzburgo para la tasación anterior a la subasta y para que lo inspeccionen expertos.
El cuadro en el que aparecen Mozart y su hermana lo dató el experto Wolfgang Speyer en torno a 1772, aunque le desconcertó la firma del retratista, E. Delahaye, un pintor desconocido.
Los apuntes musicales del compositor Josef Friebert se sitúan cerca de 1777, se creían desaparecidos y tienen importancia porque la letra es parecida a la ópera de Mozart Zaide.
El autor de La flauta mágica murió a los 35 años, la madrugada del 5 de diciembre de 1791, y su cadáver se enterró en una fosa común del pequeño cementerio de Sankt Marx, a las afueras de Viena.
Las deudas y los acreedores hicieron que por toda herencia dejara solo 60 florines, una cantidad que no dio a la familia para pagar un sepulcro individual.
Aunque la causa de su muerte sigue siendo un misterio, los biógrafos se inclinan por la tesis de que el compositor falleció a consecuencia de numerosas complicaciones que le originaron un fallo renal, derivado de la desaforada vida que llevó.
