En el mundo actual, donde la gran mayoría de los oficios se realiza en un escritorio frente a una computadora, es de interés, tanto para el empleador como para el empleado, que éste esté cómodo en su puesto de trabajo. De no ser así se podría ver afectada tanto la salud física del empleado como también su salud mental.
El ortopeda Alessandro Alessandría explica que hay tres tipos de enfermedades cuyo origen es el trabajo: “las que afectan los tendones, como la de De Quervain, que causa dolor en la muñeca, del lado del pulgar. Segundo, las que afectan los nervios por inflamación y compresión, como el Síndrome de Túnel Carpiano, y por último, las que afectan la membrana sinovial de las articulaciones, que causan la aparición de quistes sinoviales, bolsas con membrana que se desarrollan anormalmente en las cavidades del cuerpo”.
Pero un lugar de trabajo incómodo no solo afecta el cuerpo, sino la mente. Rodolfo Caballero, presidente de Balance, Trabajo y Familia, asociación que busca concienciar a las personas para que logren la armonía en la vida personal, familiar y laboral, explica que un mal “clima” en el área de trabajo puede producir Síndrome de Agotamiento, que “causa estrés y desorden en la vida de la persona, lo que va en deterioro de su sanidad. La solución a esto es trabajar en un ambiente organizado donde tanto el empleado como el empleador puedan cooperar en armonía”, dice.
Ana Paulina Díaz, asesora de Muebles Jamar, explica que, en términos ergonómicos, las necesidades de un lugar de trabajo cómodo son que “el escritorio no sea muy alto, de manera que los brazos puedan descansar en un ángulo de 90 grados; la silla debe estar bien acolchonada, ser ajustable y tener rueditas para la mayor libertad del empleado, y debe haber buena iluminación”.

