Cuenta la historia del Imperio Romano que, al final de cada lucha entre gladiadores y cada batalla entre hombre y animal, el emperador de turno hacía dos gestos: extendía su brazo y cerraba el puño, primero con el dedo pulgar hacia arriba y luego hacia abajo. Después, le correspondía a los espectadores decidir si el gladiador vivía o moría contestándole al emperador con uno de los dos gestos.
A la antigua Roma también se le adjudica el origen del gesto derrogativo que se hace al cerrar el puño y levantar solo el dedo del medio. Digitus impudicus es el nombre que se le da en antiguas escrituras romanas, y según la enciclopedia virtual Wikipedia, el dedo era famoso por su connotación negativa en las escrituras griegas antiguas.
La comunicación a través de diferentes gestos, ya sea con las manos, con los dedos y hasta con la cara, es una característica propia de la psicología humana.
En un estudio llevado a cabo por la Universidad de Oxford en Inglaterra sobre este tipo de comunicación, se identificó que los bebés entre los 12 y 21 días de nacidos pueden imitar gestos manuales y faciales.
Este comportamiento, sin embargo, no es innato ni condicionado en el neonato, lo cual implica que los seres humanos pueden, inconscientemente, igualar gestos que ven en otros. El estudio también concluyó que el gesto de señalar con el dedo índice es en una forma de comunicación intencional desde los 12 meses de edad.
El sociólogo Emilio Messina sustenta los resultados del estudio aduciendo que el ser humano siente una necesidad de comunicarse: “el discurso no siempre tiene que darse a través de palabras... el lenguaje corporal complementa lo que se quiere señalar con las palabras”.
El experto señala además que la comunicación no verbal es tan importante, que los estudios indican que solo del 8% al 10% de la comunicación se le atribuye al uso de las palabras, mientras que el 30% se le atribuye a la manera en la que uno se proyecta, y más del 50% a los movimientos corporales.
El ser humano, asegura Messina, “se comunica de manera integral, y las manos son importantes para que la audiencia pueda recibir el mensaje”.




