Un hospital de Ohio presentó en conferencia de prensa a Connie Culp, que recibió en diciembre un trasplante del 80% de su rostro, ya que, según contó la propia paciente, su marido le disparó tras una discusión hace cinco años.
La bala le hizo perder un ojo y la nariz. Además, le destrozó las mejillas, la mandíbula y el labio superior. La paciente no podía comer ni beber, no tenía ni gusto ni olfato y respiraba a través de un orificio en la tráquea.
Después de 30 operaciones, médicos de la Cleveland Clinic realizaron el trasplante. En la operación, de 22 horas, se reconstruyeron los huesos y se recibió la cara de una donante anónima.
Su expresión todavía es estática, pero habla, mueve la boca, huele y degusta. En seis meses podrá sonreír.
No obstante, se le harán más operaciones en el futuro, ya que los médicos han implantado más tejido del necesario previendo que el cuerpo pueda rechazar partes y será sometida a una serie de operaciones estéticas.
La mujer habló por primera vez en la rueda de prensa, y pidió a la gente que no se rían de aquellos cuyo físico es distinto. “Cuando alguien tiene una desfiguración o no es tan guapo como tú, no le juzgues”, dijo Culp.
En la rueda de prensa, se mostró un retrato robot de cómo quedará su rostro después del proceso. Estas operaciones suelen ser controvertidas por el peligro físico y psicológico que conllevan.
El marido de Culp, que también se disparó tras la discusión, sobrevivió con heridas menores y está en prisión cumpliendo una condena de siete años de cárcel.

