“Escaramujo, el universo es mi casa” es la frase con la cual Fernanda Vargas, artista brasileña, titula su más reciente colección, que se inauguró anoche en La Casona.
Como artista de profesión -estudió en la Universidad de Bellas Artes en Brasil y aprendió la técnica del batik en Indonesia- y de espíritu, Vargas cuenta haber expuesto previamente en París, Brasil y Cuba.
Esta vez, la propuesta de Vargas es un compendio de sentimientos y expresiones personales representadas en cada una de las piezas.
La idea de fondo y común denominador de éstas es una canción del cantante y compositor cubano Silvio Rodríguez que lleva el mismo nombre que la exposición y que ha marcado a la artista, inspirándola y esclareciendo aspectos de su vida que antes desconocía.
“Un escaramujo”, explica, “es un percebe que es básicamente un crustáceo... un animalito con una vida muy particular. Pero escaramujo también es el nombre del fruto de una flor parecida a la rosa silvestre”.
Con este título, además, la artista desea representar la forma en la que viven los seres humanos: “somos del agua y de la tierra”, afirma. Es por esta razón que las piezas tienen textos inspirados en la canción y figuras de caracoles y rosas silvestres.
Estas figuras, “formas orgánicas, mitad crustáceo, mitad planta”, como las llama, están plasmadas a través de piezas de fondo blanco en yeso y telas con impresiones batik. Sobre la elección del medio, la artista comenta que “las técnicas están en función de la idea”.
La exposición estará abierta al público hasta el 7 de junio.

