Cincuenta años tras la muerte de Bela Lugosi, el 16 de agosto de 1956, mantienen al popular Drácula más vivo que nunca, su voz rescatada de entre los muertos en el cortometraje español The Tell Tale Heart y su espectral imagen dando la bienvenida a sus seguidores en internet.
Ya lo dijeron Vincent Price y Peter Lorre cuando asistieron al funeral de este actor húngaro nacido en Lugos, localidad de la que Bela Blasko adoptó su nombre artístico.
"Quizá deberíamos clavarle una estaca en el corazón", sugirió Lorre para asegurarse de que Lugosi estaba muerto cuando vieron su cuerpo en el féretro ataviado con la capa que hizo de él el príncipe de las tinieblas.
Es una más de las leyendas que rodean el legado de Lugosi, muchas falsas como esta misma dado que ni Price ni Lorre fueron al funeral.
Pero en el 50 aniversario de su muerte, acaecida de un infarto tras ser una de las grandes estrellas del cine de terror, es cierto que la figura de Lugosi no puede estar más viva.
"Bela Lugosi es un mito del cine y los mitos son inmortales", afirmó Raúl García, realizador madrileño y autor del cortometraje basado en un popular relato de Edgar Allan Poe.
García siempre fue un enamorado de Lugosi, actor que saltó a la fama gracias a su interpretación en Broadway del Drácula de Bran Stoker, de 1927) que cuatro años más tarde llevaría al cine.
El atractivo de Lugosi, de mirada penetrante y boca siniestra, además de la elegancia de su porte y su casi ininteligible acento en inglés hicieron del actor el perfecto conde de Transilvania que nunca bebe vino y prefiere la sangre de sus víctimas.
Fue una carrera con grandes altibajos donde la negativa de Lugosi a interpretar el papel de Frankenstein y la aparición de Boris Karloff en Hollywood eclipsó casi por completo su carrera.
Aun así su filmografía es tan extensa como memorable ya fuera de vampiro, zombie o parte de las adaptaciones al cine de la obra de Poe como The Black Cat.
