Shelmar Vásquez Sween svasquez@prensa.comEl amor de Osvaldo Graham por el arte no es causalidad, su padre y tíos son pintores y siempre han estado ligados al negocio del arte comercial.
Desde antes de nacer, el padre de Osvaldo, que tiene su mismo nombre, tenía una colección de libros de pintura con dedicatoria para que su hijo fuera practicando sus destrezas con el pincel.
A los 16, Herrera Graham no tenía dudas de que quería ser un pintor, aunque su padre rezongara que como pasatiempo estaba bien, pero para vivir se moriría de hambre.
Sin importar las advertencias se internó en el mundo de la pintura. Estudiaba a diferentes artistas, tanto malos como buenos, porque de todos, comenta, se aprende algo.
Entre ellos encontró gran admiración por uno de los pintores más grandes del siglo XX, Pablo Ruiz Picasso, un trabajador sin descanso. Se sintió influenciado por los pinceles del peruano Fernando de Szyszlo, el nicaragüense Armando Morales y el guatemalteco Elmar Rojas.
Expresa el pintor que entre derrotas y triunfos no le ha ido mal como pintor en su tierra. También ha tenido la oportunidad de darse a conocer en México, Chile y Argentina; y ahora, con la exhibición de De Malabaristas y Magos que se mantendrá en la Galería Imagen hasta el 10 de diciembre, visitará República Dominicana, Miami y España.
Después de eso, no tiene planes, sólo se pondrá frente a una enorme tela y el pincel decidirá que trazos saldrán, así le hace honor a una frase de Picasso "Yo no busco, sino encuentro".