Sodas, galletas dulces, gelatinas, snacks salados, hamburguesas, hot dogs, papas fritas, pollo y pizzas, entre otras burundangas, están presentes en la mayoría de las fiestas de cumpleaños infantiles, señala la nutricionista Elka González.
Este menú le aporta a los pequeños nutrientes como carbohidratos simples (azúcares), grasas y sodio, pero es bajo en proteínas, vitaminas y minerales, necesarios para su desarrollo, agrega la nutricionista.
Y es que “la comida de un cumpleaños infantil excede las calorías normales de un almuerzo y una cena juntos; los niños comen esto en la tarde, y muchos (especialmente los que tienen sobrepeso u obesidad) después cenan igual”, recalca la nutricionista Ana Jufe en un reportaje del diario El Clarín.
Una medida para evitar complicaciones en la salud sería que los padres controlaran la cantidad de comida que se les servirá a los menores, plantea Itzel Velásquez, médico con especialidad en nutrición.
Para tener mayor control de las porciones, los platos y cubiertos deben ser pequeños, aconseja González.
En la fiesta se deben ofrecer alimentos “prácticos”, “de porciones pequeñas”, para que al menor se les facilite su consumo, como emparedados chicos, mini hot dogs o piezas de pollo cortadas en trozos pequeños, explica la nutricionista.

