A pesar de los problemas que acarrea la falta de espacio, casi todas las graduandas quieren ser bailarinas profesionales, excepto Diana que quiere tener cuatro profesiones y Ana María González que confiesa que había pensando serlo, pero ahora está dudando. "Por que en estas condiciones, no", dice la alumna.
Y en similares condiciones se encuentra la Escuela de Danza de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá que solo cuenta con dos salones para dar clases.
"Estamos pidiendo ocho salones. Tenemos cuatro áreas: ballet clásico, danza moderna, folclor, y jazz; y cada año vamos a tener un primer año. Cuando tenemos cuatro grupos de un área, tenemos dificultades con los salones y tenemos que tener horarios más tempranos", explica Mireya Navarro, directora del Departamento de Danza de esta facultad.
A veces tienen que usar el gimnasio o el domo si están disponibles. Incluso los salones de música que tienen alfombra. La docente sabe que el decano, Carmelo Moyano, y el rector, Gustavo García de Paredes, conversaron sobre la posibilidad de construir un edificio paralelo para hacer más salones para teatro y danza, que son las dos escuelas que tienen menos salones, pero no se le ha informado nada en concreto.
Aparte de salones, Navarro dice que necesita profesores (tiene ocho) y los necesita de tiempo completo. Han graduado a cinco generaciones y nunca han tenido uno de tiempo completo. "No es posible que a estas alturas un profesor de música tenga que evaluar las ejecutorias de un profesor de danza. Porque si no son tiempo completo no pueden estar en esa comisión", explicó.
Como no cuentan con presupuesto, Navarro tiene que pedir apoyo y organizar actividades para recaudar dinero para costear telas y demás para presentaciones.
"Los bailarines no bailamos por hobby. El bailarín tiene una constante dedicación para mantener su cuerpo, para poder bailar. Si no tenemos técnica adecuada, si no nos fortalecemos en un salón de clase... El baile tiene que tener esa visión de prepararse para ser mejor, pero la gente piensa que estamos para bailar, ya se acabó y ‘gracias", se lamenta.

