Los fumadores suelen decir que necesitan un cigarrillo para calmar sus nervios, pero un estudio británico halló que los niveles de estrés crónico pueden bajar después de que una persona abandona el hábito.
Un estudio entre 469 fumadores que intentaron dejar de fumar después de ser internados por enfermedad cardíaca identificó que aquellos que se alejaban de los cigarrillos por un año reportaban un menor nivel de estrés.
Los nervios prácticamente no sufrieron cambios en los pacientes cardíacos que volvieron a fumar, de acuerdo con los científicos de Barts y The London School of Medicine and Dentistry.
El estudio, publicado en la revista Addiction apoyó la teoría de que, al menos para algunas personas, fumar de hecho agrava el estrés crónico.
“Los fumadores a menudo ven el tabaco como una herramienta para manejar el estrés y los ex fumadores a veces vuelven a fumar con la idea de que eso los ayudará a soportar un evento angustiante en su vida”, dijo el investigador Peter Hajek.
Sin embargo, los estudios demostraron que los no fumadores tienden a reportar un menor estrés que los fumadores.
La razón de esa diferencia no está muy clara, pero podría significar que las personas más propensas al nerviosismo tienen más probabilidad de asumir el hábito.

