Hay muchas historias que se tejen alrededor del holocausto, uno de los eventos más crueles de persecución y asesinato ocurridos en el mundo. Pero tal vez uno de los hechos más impactantes y reprochables fue el silencio de muchos países frente a la masacre de más de 6 millones de judíos, a manos del gobierno nazi y sus colaboradores.
El Salvador, un pequeño Estado, decidió involucrarse en el suceso para lograr la salvación de cerca de 30 mil judíos.
El protagonista de esta hazaña fue el cónsul general salvadoreño José Arturo Castellanos, al cual hoy se le rinde tributo a través de un documental titulado Glass House.
El filme ya ha sido proyectado en las pantallas de El Salvador y Estados Unidos, y ahora llega a Panamá para ser presentado en dos únicas funciones en los cines Cinépolis de Multiplaza a las 8:00 p.m. La primera tanda será hoy, martes, 2 de septiembre, y la segunda, el jueves 4.
Frieda Castellanos, hija del coronel Castellanos, argumenta que la historia de todas las personas que de alguna u otra manera ayudaron a salvar a sus semejantes en esa época, merece estar en la memoria de la humanidad, porque es una forma de demostrar la otra cara del ser humano y, así, no dejar solo el amargo sinsabor de hasta dónde pueden llegar las acciones del hombre.
Por su parte, la productora del documental, Leonor Ávila de Marlowe, oriunda de El Salvador, expresa que cuando a sus oídos llegó la historia del coronel Castellanos, no titubeó en buscar a Frieda para que ésta le diera toda la documentación e información que por tantos años había guardado. De allí, empezó todo un proceso de investigación que terminó en la ubicación de los protagonistas vivos de ese hecho.
Cuenta la productora que todo empezó cuando un judío adinerado de nombre George Mendel le pidió ayuda a Castellanos. Este último resolvió, para salvarlo, nombrarlo Primer Secretario del Consulado de El Salvador en Ginebra. De allí, Mendel y Castellanos unieron esfuerzos para emitir certificados de ciudadanía salvadoreña a miles de judíos. “Glass House era uno de los edificios protegidos donde se emitían los certificados ”.
En tanto, el director del documental, Brad Marlowe, manifiesta que se invirtieron unos 10 años en la elaboración del filme que tuvo un costo de 200 mil dólares. Los escenarios donde se desarrolló fueron Centroamérica, Suiza, Hungría y España.

