Es común que los propietarios de perros, sean machos o hembras, quieran sentir la experiencia de criar cachorros hijos de sus mascotas. Esta idea trae un cúmulo de responsabilidades y conocimientos que se deben tener para no lamentarse luego, cuando sea tarde.
Si piensa que es necesario que sus perros se reproduzcan por lo menos una vez por razones de salud, esto es un mito y excusa no válida. Si decide hacerlo, debe prever varios factores.
Si tiene una hembra, tendrá varias propuestas de machos dispuestos, asesórese, para saber cuál es el que más le conviene para no fijar defectos genéticos que sean perjudiciales en el futuro, sobre todo en las razas propensas a problemas de cadera, no se deje llevar por su gusto personal, cercanía u otros factores que no tienen que ver con la elección de los ejemplares.
Una vez cumplido este proceso y suponiendo que todo fue bien, de pronto en su casa habrá una cantidad de tiernos y hermosos cachorros, que luego del destete de su madre, deberá saber qué hacer. Es recomendable no regalar cachorros; el deseo compulsivo de tenerlos que genera en las personas su belleza puede desvanecerse rápido cuando comienzan los cuidados. Preocúpese por saber adónde irán, no se olvide que usted ha sido quien decidió generar estas nuevas vidas y debe hacerse cargo. Las razas pequeñas suelen tener un promedio de tres cachorros por camada, las medianas seis y las más grandes pueden superar los 10. Antes de cruzarse los ejemplares, se deberá hacer un convenio de cría entre las partes, dejando claro prioridades, derechos y obligaciones.

