El arquitecto japonés Kenzo Tange, uno de los constructores más significativos de la actualidad, murió esta semana. Tange es considerado un vanguardista de la arquitectura moderna, aun cuando en muchas de sus obras se manifiesta aquella fe ilimitada en el progreso de la postguerra, que hoy se considera superada.
Para toda una generación de arquitectos japoneses, Tange fue el maestro y el modelo.
Sobre todo en los años 50, Tange impactó con un concepto que unía la sencillez de Le Corbusier con la tradición constructora japonesa.
La primera de esas obras fue en 1949 el Centro de la Paz en la Hiroshima destruida por la bomba atómica, un punto de referencia de la reconstrucción. Por primera vez, unió las líneas estrictas y rítmicas de la cultura japonesa con los elementos constructivos modernos de la arquitectura occidental. La obra se convirtió en símbolo de la paz.
