En el Festival Nacional de la Pollera se premia el esfuerzo y la dedicación de esas artesanas panameñas que crean el traje típico nacional, uno de los más hermosos del mundo.
Además representa el escenario en que orgullosas damas muestran sus polleras, algunas nuevas y otras que forman parte de su herencia familiar.
Tembleques, camisillas, cadenas, enaguas, crucifijos, encajes e hilos de colores son los reyes del día. Son mostrados, estudiados, palpados y analizados por expertos que conocen cada detalle de la pollera, vestimenta que nació en la capital, pero que ha tenido su mayor esplendor y desarrollo en Azuero, región en la que se logró su diversificación y cambio en los diseños.
