Comprar es, para un determinado grupo de personas, un asunto de deleite personal; pero hacerlo cuando se trata de ofertas, puede ser algo mucho más placentero y hasta íntimo.
Adquirir un producto o pagar por un servicio rebajado produce un efecto estimulante, que activa la misma zona del cerebro que produce el placer sexual. Lo anterior se dedujo en una investigación preparada por el Instituto de Marketing Promocional de la Universidad de Westminster, en Reino Unido.
Este estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista The Grocer, está basado en una muestra de 50 personas, en la que se midió la actividad de su cerebro en situaciones relacionadas con las compras y el sexo.

