Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México, que lograron producir diamantes a partir de acetona, etanol, metanol y tequila, estudian las particularidades de esa bebida alcohólica tradicional en la formación de este tipo de cristales.
El físico Luis Apátiga dijo que la “curiosidad científica” les llevó a producir diamantes microscópicos a partir del tequila. Produjeron diamantes en forma de películas delgadas a partir de gases de hidrocarburos comunes como metano, acetileno o butano, que contienen carbón e hidrógeno.
A finales de la década de 1990 lograron pasar esos gases por una fuente de energía, romper las moléculas del gas en fragmentos más pequeños y obtener átomos de carbón que depositaron en un sustrato sobre el que formaron estructuras de diamantes a escala nanométrica.

